Frente a los aprovisionamientos a prueba de apocalipsis, el limitado ejercicio que permite el confinamiento y el tener la nevera cerca en momentos de ansiedad, que pueden conllevar unos kilogramos de más cuando la calle deje de estar vetada, nutricionistas como Amil López Vieitez recomiendan ir a la compra con lista a partir de menús estructurados, hacer deporte para generar endorfinas y distraerse. La cultura, apunta, también ayuda.

- Como nutricionista, ¿qué le preocupa más del confinamiento?

-Primero, la salud de los más pequeños con beca de comedor, que no sufran las consecuencias y haya desnutrición. Por otro lado, estar confinados en casa muchas veces aumenta el apetito emocional por aburrimiento, frustración o angustia. Por eso es importante mantener unas rutinas para que no haya un aumento de peso, porque, además, estamos quemando menos.

- ¿Y los enfermos?

-La gente con alguna patología, diabéticos, hipertensos o con sobrepeso, dado que no se puede hacer ejercicio de caminar, pueden ver empeorados sus síntomas. Es muy importante ajustar la ingesta al tipo de ejercicio que hacemos e intentar en lo posible, en casa, caminar por el pasillo, subir escaleras, hacer algo de tonificación muscular? Mantener unas rutinas para preservar la salud e intentar comer un poquito menos que de costumbre, pero seguir haciendo cinco comidas para mantener el apetito equilibrado.

- Parece difícil de regular eso?

-El truco es levantarse a un horario fijo, hacer un almuerzo que incluya algo de proteína, porque así se estabiliza el apetito y la saciedad; intentar comer cada tres o cuatro horas, pero siempre algo con proteína: un poco de pan con fiambre y la fruta también o, por ejemplo, almorzar con salmón ahumado, huevo, humus, queso fresco, siempre algo de proteína que es lo que nos mantiene el apetito equilibrado.

- Se habla incluso de ganar 5 kilos en el encierro. ¿Se exagera?

-La media de engorde en Navidad son tres kilos. En el confinamiento, dependiendo de cuánto dure, creo que como mucho serán tres kilos. Depende del cambio de estilo de vida de la persona. Alguien que iba al gimnasio todos los días y ya no va, que comía sano y ahora come comida basura, pidiendo siempre por "Just eat" y con dieta hipercalórica, tal vez pueda engordar tres o cuatro kilos en un mes. Cinco me parece una exageración, pero hay que tener cuidado, se nos puede ir de las manos.

- Nutrición y ejercicio suelen ir unidos: se trata de rebajar calorías porque el movimiento se limita o aumentar el movimiento para gastarlas. ¿Lo más recomendable?

-Ambas. Como a nivel cardiovascular estamos un poco más limitados, podemos saltar a la comba, correr en el sitio, subir y bajar escaleras, bailar, con tutoriales de youtube, hay bastantes posibilidades? Recomendamos también hacer algo de tonificación muscular para activar el metabolismo. Así también liberamos endorfinas que liberan neurotransmitores relajantes, antiinflamatorios, que nos ayudan a calmar el apetito. Si además hacemos el esfuerzo de no improvisar y tener unos menús ya estructurados, vamos a organizarnos mejor y a estar más tranquilos y con el apetito saciado que es el objetivo, intentar calmar esa ansiedad, ese apetito emocional.

- Es importante la distracción...

-Sí. También cultivar un poco el espíritu. A quien le guste hacer yoga, pilates, algo de meditación, genial. Si no, otras actividades placenteras: escuchar música, bailar, aprender un idioma, algún hobby como pintar, estimular la parte derecha del cerebro, actividades no tan mecánicas o analíticas, como la música, aprender a tocar un instrumento, cine, teatro, cultura, a fin de cuentas. Estar relajado facilita mayor control del apetito emocional.

- Al principio mucha gente fue al super a coger lo que pudiese. ¿Corre riesgo de sobrealimentarse?

-Claro. Recomendamos intentar tener la despensa lo más saludable posible con pocas tentaciones, porque en un momento de debilidad, aburrimiento o ansiedad, es más fácil caer en la tentación. Como esas primeras provisiones no van a durar todo el confinamiento, el mensaje que queremos trasladar es ir a la compra con una lista cerrada y tener unos menús planificados para minimizar el riesgo de ingestas hipercalóricas o alimentos no tan saludables. Y dejar un momento el fin de semana para darse alguna licencia porque ser demasiado estrictos también genera ansiedad y debemos seguir siendo coherentes, intentar tener una rutina y dejar un poco de libertad y de ocio para los momentos de disfrute.

- ¿Qué es lo más importante que hay que tener en casa?

-Una base importante de proteína de calidad, carne, pescado fresco, que se puede congelar. También conservas de pescado, marisco, legumbres que se mantienen muy bien y son proteína también de alto valor biológico, saciante, que no tiene colesterol y ayudan con el tránsito intenstinal. Y después producto fresco de temporada fruta, vegetales, ensalada, y luego un fondo de despensa de pasta integral, arroz, quinea, para guarniciones. Intentar, como ahora nos movemos menos, intentar priorizar guarniciones vegetales más que hidratos de carbono o fécula y las legumbres, tanto en potaje como en ensalada, son muy saciantes, un plato completo y nos pueden ayudar mucho.

- ¿Teme que cuando acabe todo habrá un repunte de las consultas?

-Eesperemos que no, que la gente también aproveche este tiempo de confinamiento para mejorar sus hábitos y estrategias culinarias. Hay un montón de contenidos gratuitos que repartimos nosotros y otros compañeros, libros de recetas, para que aprovechemos esta temporada en familia para que los niños también colaboren en la cocina, tengan herramientas para que en el futuro sepan cuidar más su salud y a un precio razonable, porque no es necesario gastar mucho dinero para estar bien alimentado.