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Un septuagenario resiste y cuida de su mujer e hijos infectados

Las dos mujeres dieron positivo y están confinadas en la misma habitación de su casa de Vigo, su hijo presenta los mismos síntomas

El padre de Antón, ayer, prepara la comida de los enfermos. // Cedida

"Sé que tengo el virus, padezco los mismos síntomas que tuvieron mi madre y mi hermana y ellas dieron positivo: fiebre, tos, problemas digestivos... Me dijeron que en 24 horas me harían la prueba, pero han pasado ya dos días. Obviamente no somos población de riesgo, porque dicen que cualquier persona que se cuide un mínimo y con un buen estado de salud no debería tener problema, pero en nuestro caso es mi padre quien nos cuida a los tres. Precisamente la única persona de la familia que forma parte del grupo de riesgo, porque tiene 73 años y se medica por hipertensión. Él resiste al coronavirus y nos cuida, cocina para nosotros, va a la compra y nos atiende. Nosotros tratamos de no contagiarle", explica por teléfono Antón, un entrenador vigués confinado con su familia en un piso de Vigo.

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Han tenido que organizar la casa de cara a las necesidades de cada uno. "Mi madre y mi hermana están juntas en la misma habitación y comparten cuarto de baño, yo sigo en la mía, y mi padre está en otra también con baño. Ninguno de nosotros paseamos por la casa, sólo él que se mueve por el salón y la cocina. Todo comidas sanas, verduras, frutas... aunque los tres enfermos no tenemos apenas ganas de comer, como medicación paracetamol y vitaminas", explica.

Una vez preparada la comida, su padres la reparte en bandejas. Pertrechado con guantes y mascarilla deja la bandeja delante de la puerta de cada habitación, y cuando se retira los enfermos abren al puerta y la recogen. La situación se repite cuando acaban de comer.

La madre de Antón es auxiliar de enfermería en el Hospital Cunqueiro, y fue la primera en contagiarse. "Empezó con una tos rara y días después tenía fiebre. Al día siguiente a mi hermana le ocurrió lo mismo. Llamamos al teléfono 900 habilitado por Sanidade para explicar la situación, que mi madre era sanitaria y si convenía hacer la prueba y descartar el Covid-19, pero no lo consideraron conveniente. Al día siguiente mi madre tenía que empezar a trabajar y volvió a preguntar si no habría que hacerle las pruebas, no fuera a contagiar a alguien. Entonces se las hicieron y dio positivo. Como mi hermana ya tenía síntomas, también se las hicieron, con el sistema que no tienes ni que bajarte del coche, y también dio positivo", recuerda Antón.

Una baja laboral denegada

Una baja laboral denegadaLa madre de este joven vigués "fue la primera en contagiarse en su planta, y cuando pidió la baja laboral se la denegaron, cuando solo había tenido contacto con el Covid-19 en el hospital vigués.

Su padre no tiene carné, así que el entrenador personal iba a la compra para toda la familia. Madre e hija estaban confinadas en una habitación y los dos hombres de la casa las cuidaban. Hasta que Antón empezó a tener los mismos síntomas y fiebre.

Pendiente de que le llamen para practicar la prueba, en su casa ya ha adoptado las medidas de confinamiento que restringen la vida de su madre y su hermana. "Cuando llamé al 900 y relaté la situación de mi casa, me dijeron que en veinticuatro horas me hacían la prueba, pero que si la fiebre subía a 39 grados que llamara al 061 y me ingresarían en el hospital. Afortunadamente no he tenido la fiebre tan alta que tuvieron mi madre y mi hermana, pero repito que sé que estoy infectado".

El joven vigués, de 30 años y deportista, no tiene miedo y cree que su vida no peligra, pero sí hace una reflexión: "Me pregunto por qué no se quieren hacer las pruebas de Covid-19 a todos los que presentan síntomas, y si no se quiere informar del verdadero alcance de la enfermedad. No entiendo que a mi madre, sanitaria, no le hicieran la prueba en cuanto explicó los síntomas, ni que yo esté todavía esperando cuando mi madre y mi hermana están infectadas y presento síntomas".

"¡Quédate en casa!"

"¡Quédate en casa!"La gran preocupación de Antón es que aunque su padre sigue bien, al final resulte contagiado pese a que extreman las medidas de protección en su domicilio. "Hay que quedarse en casa, no ya por uno mismo, sino porque podemos infectar a otras personas más vulnerables", reitera.

Cree que la situación puede traer también cosas buenas: "Soy optimista y creo que quienes no estén en nuestro, con confinamiento por habitaciones en nuestra propia casa, deben disfrutar estos días de la familia y estoy convencido de que si la sociedad".

Mientras a la espera de superar el Covid-19 los tres enfermos de la familia se entretienen viendo series, películas, hablando por Skype con los amigos y leyendo. Unas actividades que también les permiten socializar -aunque sea con los de la habitación de al lado- a través del mundo virtual.

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