Italia alcanzó ayer los 4.825 fallecidos con coronavirus, 793 más en solo 24 horas, en el mismo día en el que se cumplía un mes desde la detección del primer brote en el norte del país. A última hora, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, ordenó el cierre de "toda actividad de producción no esencial" tras el repunte de casos de coronavirus que ha presentado el país durante la última jornada. "Cerraremos todas las actividades de producción no esenciales hasta el 3 de abril. Farmacias, supermercados y parafarmacias permanecerán abiertos. Los servicios esenciales estarán garantizados: bancos, correos y aseguradoras", indicó el primer ministro en rueda de prensa, recogida por el diario 'La Repubblica'.

Según el último boletín oficial, el número de contagiados actualmente es de 42.681 personas y 6.072 se han curado, con lo que el número total de contagios desde el inicio del brote son 53.578.

El Ejecutivo italiano ha cerrado ya todos los parques públicos, ha prohibido los desplazamientos a las segundas residencias, ha clausurado escuelas y universidades, lugares de ocio y negocios no esenciales y ha limitado los movimientos de la gente por cuestiones laborales, de salud o por necesidad.

Pero estas medidas no estaban consiguiendo, de momento, frenar la propagación del virus y el presidente del Instituto Superior de Sanidad, Silvio Brusaferro, dijo ayer que el país está en "una fase en la que todavía la curva sigue creciendo".

En su opinión, los ciudadanos no se están "tomando en serio el peligro" que se deriva de esta pandemia e insistió en que se queden en casa, eviten salir a la calle en la medida de lo posible y los contactos con otras personas.

Por ello, las regiones del norte del país, las más afectadas, habían pedido a lo largo de la jornada al Ejecutivo que endureciera aún más estas medidas, y solicitado esa interrumpa de toda actividad productiva no esencial y el transporte público que todavía funciona y que controle con firmeza que se respeta el confinamiento temporal.

Los alcaldes de la provincia de Bérgamo, una de las más afectadas por el brote, también habían dirigido ayer una carta al presidente del Gobierno, Giuseppe Conte, en la que le instaban a tomar esa decisión drástica: "Ha llegado el momento de parar, pero de verdad. Confiamos en usted". Esto sucedería posteriormente a medianoche.

En Lombardía también querían más acciones y su presidente, Attilio Fontana, había pedido al Ejecutivo que limitara por decreto las actividades físicas y comerciales, así como las productivas que no se refirieran a las cadenas de suministro esenciales.

El alcalde de Milán, capital de Lombardía, Giuseppe Sala, proponía cerrar los estancos para contener lo máximo posible las salidas de las personas a la calle.

En la isla de Sicilia también se había ordenado el cierre de los supermercados el domingo y, en Campania, las actividades de las oficinas públicas en más de 500 municipios, mientras que en Roma se habían endurecido los controles policiales de carreteras para todos los vehículos. El presidente de la región de Piamonte, Alberto Cirio, lamentó que las unidades de cuidados intensivos de la región están saturadas, el personal sanitario muy cansado y falta material médico.