Solo tres semanas después de abrir sus fronteras a los migrantes que quisieran pasar a la Unión Europea, Turquía anunció ayer que impedirá la entrada a su territorio desde Grecia y Bulgaria para intentar prevenir la expansión del coronavirus. Los tres pasos fronterizos con Bulgaria y los dos con Grecia, además de la conexión ferroviaria, quedarán clausurados para las personas, aunque el tránsito de mercancías continuará sin restricciones. La prohibición de entrar a Turquía por estos pasos o por mar se extiende a todas las personas que hayan pasado los últimos catorce días en Grecia o Bulgaria.