El motor de Vigo se apaga, temporalmente, por la crisis del coronavirus. El Grupo PSA, siguiendo la estela del resto de fabricantes de automóviles con centros en Europa, confirmó ayer el cierre de todas sus plantas -incluida la de Vigo- por las tensiones en el suministro de componentes, para proteger a sus trabajadores del Covid-19 y tras constatarse una ralentización de los pedidos en sus principales mercados por la parálisis económica provocada por la pandemia.

Con PSA-Vigo, que prevé parar hasta el próximo 27 de marzo o si la situación se complica, entre cuatro y seis semanas, detendrá su producción la práctica totalidad del panel de fabricantes de componentes instalados en Galicia, por lo que en los próximos días se irán para casa más de 22.200 trabajadores directos del sector (unos 40.000 contando indirectos e inducidos). Además de PSA, en España también pararán Seat, Volkswagen, Nissan, Renault, Ford, Iveco y Mercedes-Benz.

El cierre de PSA-Vigo se hará de forma escalonada y llega tras varios días de intensas presiones tanto por parte de los sindicatos que forman el comité de empresa como de formaciones políticas y colectivos sociales para que Balaídos mandase para casa a sus 7.000 trabajadores para evitar su contagio.

La dirección del centro trató de mantener la actividad hasta el último momento para no detener el tejido productivo vigués y tras adoptar una serie de medidas de prevención del coronavirus dentro y fuera de la factoría, y amparándose en las restricciones aprobadas por el Gobierno que no prohibían la circulación de trabajadores.

No obstante, a raíz del avance imparable de la pandemia, fue el grupo galo ayer el que anunció los cierres de sus factorías en Europa por falta de piezas, para evitar contagios y ante un retroceso de los pedidos en los mercados comunitarios. En el caso de Vigo, estaba previsto que detuviese su actividad este jueves, aunque ayer empresa y sindicatos acordaron al cierre de esta edición adelantar la medida a las 14.00 horas de hoy para no exponer más tiempo del necesario al personal.

En cuanto a la duración, PSA prevé al menos hasta el próximo 27 de marzo, aunque si la crisis se alarga, podría ampliarse a cuatro o seis semanas, o incluso más. Queda por discutir cómo se computarán estos días, si a través de un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) u otros mecanismos de flexibilidad laboral pactados en convenio.

También queda en stand-by la incorporación de otros 600 trabajadores para el cuarto turno en la línea del todocamino 2008, prevista para esta misma semana. En total, diecisiete plantas de coches en España -Volkswagen, Seat, Nissan, Ford, Mercedes-Benz, PSA e Iveco- han parado su actividad para evitar la extensión del coronavirus entre sus empleados y por las dificultades en el suministro de piezas y componentes, desencadenando una cascada de ERTE como los que ya han anunciado Seat en Barcelona, para casi 15.000 trabajadores; Volkswagen en Navarra, Iveco en Madrid o las cuatro plantas de Renault. Esta situación se trasladará directamente a los fabricantes de componentes y auxiliares. La patronal metalúrgica gallega, Asime, estima que solo la parada de PSA-Vigo hasta el día 27 va a reducir en un mínimo de un 5% la facturación anual de los proveedores de primer y segundo nivel de componentes de automoción y fabricación de elementos de transporte, afectando a unas 250 empresas.

Según fuentes del sector de la automoción, que genera el 10% del valor añadido bruto de la economía española, en las fábricas trabajan en las cadenas de producción unas 66.000 personas, a las que hay que sumar otras más de 27.000 en departamentos como los de administración. El cierre arrastra a su vez a concesionarios y fabricantes de componentes, sector éste último que en España suma más mil empresas, muchas de ellas pymes, que generan 230.100 empleos directos y cerca de 1430.000 indirectos.

No obstante, antes de tomar medidas definitivas sobre el empleo, muchos esperarán a conocer las medidas que previsiblemente aprobará este martes el Consejo de Ministros para facilitar la tramitación de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) o que los afectados cobren prestación sin "consumir" paro.