Tras lidiar con la abrasiva arena del desierto árabe para garantizar la seguridad de las vías ferroviarias que lo atraviesan, ahora se pelea con la burocracia, en ocasiones, excesivamente puntillosa, británica. El ingeniero mecánico Víctor Barril (Sober, 1984) trabaja desde 2013 en CAF, el grupo vasco nacido en 1892 en Beasain y hoy presente en más de 70 países de todo el mundo con soluciones que van desde la fabricación de componentes a las infraestructuras, la operación y otros servicios. Inició su andadura dentro de la compañía en el país saudita y hace poco más de dos años se trasladaba a la oficina de Manchester, desde la que dirige ocho proyectos de mantenimiento de ciclo largo en todo Reino Unido, un mercado que la firma española copa "casi por completo".

Aunque nació en el pueblo lugués de sus padres y abuelos, la familia se afincó en la ciudad olívica desde que Víctor era niño. Fue repartidor de FARO para pagarse la carrera en la escuela viguesa de Industriales, donde entró "por vocación", y logró su primer trabajo en los astilleros de Barreras. Y después trabajó unos años como autónomo antes de fichar por CAF.

Curiosamente, nunca ha trabajado en el sector de los automóviles, que constituyen su pasión. "Lo Intenté, pero es mejor hacerlo en otra cosa que también te guste y no destrozar tu hobby", asegura Víctor, amante de los coches clásicos y con una pequeña colección que arranca cronológicamente con un BMW 320 del 79. "Los tengo en Vigo y los voy intercambiando. Ahora mismo en Manchester me muevo con una furgoneta y en breve haré uno de mis viajes. Son dos o tres días conduciendo unas 12 horas, es una experiencia que me encanta", revela.

"Una de las cosas que me gustan de CAF es que es una empresa hecha a sí misma, en la que los trabajadores tiene bastante fuerza y que no le tiene miedo a nada. Con mucho tiento y estudios previos va ampliando su negocio. En 2018 compró la compañía de autobuses eléctricos Solaris", pone como ejemplo.

La firma también le ha permitido viajar por el mundo visitando talleres y conociendo nuevas vías de negocio. "He trabajado en Nueva Zelanda, Pittsburgh, Cincinnati y Boston. Conocer la diversidad de culturas y regiones como el sur de EE UU, que es preciosa, es un aliciente para viajar", comenta.

En los talleres de la filial de CAF en Reino Unido trabajan alrededor de un 40% de empleados foráneos y muchos de ellos son españoles porque su profesionalidad es muy valorada. Respecto al Brexit, Víctor cree que, en realidad, aumentará las oportunidades laborales. "Un gran número de extranjeros se están marchando y será más fácil entrar para cubrir esos puestos", plantea.

Para él, el retorno todavía no forma parte de sus planes: "Me lo planteo pero no sé cuándo. Creo que ahora mismo en España hay cantidad de ofertas pero no son de calidad. La responsabilidad no está valorada ni pagada. No veo oportunidades reales".