La Conferencia Episcopal de Portugal, país que se encuentra desde hoy en estado de alerta debido al coronavirus, suspendió todas las misas, catequesis y otros actos de culto, lo que ha dejado desierto el santuario de Fátima, uno de los mayores centros de peregrinaje del mundo.

Sobre la suspensión de las actividades de culto en Portugal, en lo que concierne al santuario de Fátima este se mantiene abierto, pero todas las ceremonias han sido canceladas hasta que se supere la situación de emergencia por la propagación del virus, que en el país vecino suma ya más de un centenar de contagiados, según los últimos datos oficiales, y por ahora ningún fallecimiento.

La medida de la Conferencia Episcopal de Portugal llega el primer día de estado de alerta en el país, situación que se mantendrá hasta el 9 de abril y que permite reorganizar las fuerzas de seguridad ante eventos imprevistos para aprovechar mejor su capacidad. Las personas que no cumplan con las órdenes dictadas por las autoridades incurrirán en un delito de desobediencia y serán sancionadas.

El ministro portugués de Administración Interna, Eduardo Cabrita, explicó hoy en rueda de prensa que el estado de alerta podrá ser prorrogado en función de la evolución de la situación epidemiológica. Por el momento no se plantea la posibilidad de suspender los transportes públicos, especialmente el metro.

El Gobierno portugués decretó, además, el cierre de todos los centros educativos a partir del próximo lunes, así como de las discotecas, y la limitación del aforo de establecimientos de restauración a un tercio de su capacidad máxima y restricciones "de frecuencia" en centros comerciales.

Los funcionarios, siempre que su puesto lo permita, teletrabajarán a partir del lunes, y los trabajadores que se queden cuidando a los hijos en casa por la suspensión escolar recibirán el 66 % de su salario. Un 33 % de ese porcentaje será pagado por la Seguridad Social.

Se ha prohibido el desembarco de pasajeros de cruceros, a excepción de los residentes en Portugal, y los vuelos con destino y origen en Italia están también suspendidos desde el pasado miércoles.

Los eventos con más de mil personas en recintos cerrados están prohibidos, al igual que los que se realizan al aire libre y reúnan a más de 5.000 asistentes.