Las elecciones autonómicas del 5 de abril en Galicia se abocan a un aplazamiento sin precedentes, al igual que la cita electoral de Euskadi. El culpable de esa alteración es la crisis sanitaria causada por el coronavirus, por la que el Gobierno central ha aprobado el estado de alarma, lo que abriría una vía legal para posponer la llamada a las urnas. PSdeG, BNG y la candidatura de la izquierda rupturista ya solicitan la suspensión de los comicios.

Ante el aumento de los casos, la Xunta ha anunciado medidas para frenar la expansión del coronavirus y ayer declaró la situación de emergencia sanitaria, que conlleva, entre otras decisiones,el cierre de bares, restaurantes, cines, locales de ocio y de juego o comercios, permitiendo que sigan abiertas las tiendas de alimentación, gasolineras o farmacias -efectivas ya desde las pasadas 00.00 horas-.

De las aprobadas anteayer, la de mayor calado, la suspensión de las clases en todos los niveles educativos. También echan el cierre museos, bibliotecas y los centros sociocomunitarios. No se libran las ferias ni las fiestas, que quedan restringidas con limitaciones en las actividades públicas al aire libre, no pudiendo superar la participación de más de mil personas. En este escenario, el presidente gallego ha promovido la suspensión de la precampaña electoral con unos comicios todavía en el aire.

Por su parte, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha anunciado este viernes la activación de la 'Declaración de Alerta Sanitaria' en Euskadi' con motivo de la pandemia por coronavirus, una medida que se complementará con la puesta en marcha del 'Plan de Protección Civil'. "Todavía no hemos pasado lo peor", ha dicho. También Portugal ha declarado el estado de alarma.