La Xunta trabaja con la premisa de "la importancia de la prevención, con independencia de la incidencia que se produzca en cada territorio", y así se lo trasladó ayer al Gobierno central, pero, por ahora, considera que el número de casos no es para suprimir las clases. El presidente de la Xunta recordó que en Galicia hay 0,99 casos por cien mil habitantes, frente a los 8,93 de Euskadi. "Pensamos que las clases se tiene que seguir celebrando con normalidad", defendió.

No obstante, en el ámbito de la educación superior, el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, y la conselleira de Educación, Carmen Pomar, se reunían ayer también con los rectores de las tres universidades gallegas. En este ámbito, explicó Feijóo, "se está evaluando sobre todo las prácticas de alumnos" de carreras sanitarias en los hospitales. La meta es adoptar un protocolo conjunto para todo el sistema universitario gallego.

Por otro lado, el gerente del Sergas, Antonio Fernández-Campa, aseguraba ayer que el Sergas tiene planes de contingencia para los escenarios que se pueden producir. Por ahora no ve "necesario" ponerlos en práctica. Incluirían el paralizar intervenciones quirúrgicas no urgentes o, como recoge la normativa, suspender licencias o permisos del personal de acuerdo con las necesidades del servicio. No obstante, indicó que en Galicia ocurre "lo contrario", con médicos dispuestos a ayudar. También indicó que los equipos de ventilación mecánica que pueden precisar pacientes están en el plan de contingencia y en los planes de compra aprobados por el Consello "para poder", de ser necesario, duplicar la capacidad" actual.