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Queralt: "Estoy en contra de las cuotas"

"Hoy vemos el pasado desde nuestro presente, pero había que ser muy valiente para romper el corsé que encasillaba a las mujeres y salirse de él", afirma la historiadora

María Pilar Queralt del Hierro con Teresa Cendón // J. Lores

"Las mujeres transgresoras son para mí las más valientes porque para romper el corsé que las encasillaba en un papel determinado, fuera el que fuera, y salirse de él hacía falta mucho valor". Así se refirió María Pilar Queralt del Hierro, historiadora, divulgadora, documentalista y escritora, a las mujeres que abrieron camino hacia la igualdad en unos tiempos en los que la ley no las amparaba, casos entre los que la autora de "Protagonistas de la Historia. Anécdotas y curiosidades con nombre de mujer" (Roca Editorial) incluye a la gallega María Pita, quien plantó cara al mismísimo Francis Drake y le obligó a retirarse de las costas de A Coruña.

"Tuvieron mucho valor porque nosotros vemos el pasado desde nuestro presente y a veces incluso nos preguntamos por qué no se rebelaron otras tantas. Pues porque eran otras circunstancias y otro momento, pero estas pocas valientes, que fueron capaces de romper el papel que la sociedad les asignaban para mí merecen todo mi respeto y son las que más admiración despiertan", comentó.

Queralt del Hierro, autora de una amplia bibliografía, entre las que destacan los ensayos divulgativos "Mujeres de vida apasionada", "Isabel de Castilla" y "Reinas en la sombra", y novelas históricas como "Inés de Castro" y "Las damas del rey", presentó ayer en el Club FARO este nuevo libro, en un acto que se celebró en el salón de actos del MARCO de Vigo, presentado por Teresa Cendón, médico y diplomada en Historia.

"Protagonistas de la Historia" aporta algunos apuntes sobre cerca de 300 mujeres que han tenido una importancia decisiva en la Historia, aunque en los libros la mayoría de ellas hayan quedado relegadas a un segundo plano o, simplemente, hayan sido obviadas. Su autora lo calificó de "libro trampa", ya que con los breves párrafos dedicados a estas mujeres -desde Aglaonice de Tesalia a Monserrat Caballé- son una especie de anzuelo. "A veces, un detalle es la punta del cabo para descubrir a la persona", dijo esta incansable investigadora, que ha centrado su trabajo en empoderar a la mujer en la Historia.

Reconoció la historiadora, que viendo la situación de la mujer en perspectiva se ha avanzado mucho y recordó que en España hasta 1910 las mujeres tenían prohibido estudiar en la universidad y que solo podían sacarse el título de bachiller si conseguían un permiso individual. En la lucha por acceder a la educación, Queralt del Hierro destacó a otra gallega, Concepción Arenal, quien jamás se tituló y que asistió a clases como oyente y vestida de hombre.

A pesar de los avances, reconoció que aún quedan muchas cosas por hacer. Sin embargo, se mostró en contra de establecer cuotas para favorecer el acceso de la mujer a áreas como la política. "Estoy totalmente en contra de las cuotas políticas porque creo que la mujer tiene suficientes méritos como para adquirir puestos de responsabilidad sin necesidad de ser un número. Al igual que estoy en contra de que a la mujer se le relegara a un segundo plano por el hecho de ser mujer, también lo estoy de que pase por encima de un hombre solo por ser mujer", argumentó.

La ponente se refirió a la doble vara de medir que se aplica para juzgar las conductas de hombres y mujeres, y que evidencia la desigualdad de oportunidades de unos y otras. "Cuando un hombre tenía muchas amantes, era un héroe de alcoba; cuando los amantes los tenía la mujer, una promiscua", explicó. Y en este grupo se incluyó a muchas mujeres célebres, como Catalina II la Grande de Rusia, de quien, por el contrario se obvió su vasta cultural y que era "infinitamente mejor gobernante que su marido", apuntó Queralt del Hierro. "Esto no lo nombra nadie; solo que fue una mujer sexualmente muy activa", apuntó.

También presuponía por defecto que la mujer artista tenía una vida licenciosa. Así, a las actrices, bailarinas y cantantes "se las aceptaba", pero con la coletilla de que eran mujeres "ligeras de cascos".

El libro se detiene en el caso de las mujeres artistas, a quienes la Historia ha relegado a papel de musas. "A las mujeres se las educaba en artes como la música o la pintura como un adorno de la mujer en el ámbito doméstico. Pero las que decidieron saltarse esto tuvieron que esconderse bajo un seudónimo masculino, como Sofonisba Anguissola, retratista de Felipe II de quien reconoció su talento hasta el mismísmo Miguel Ángel. Y en este sentido, recordó que hasta los impresionistas cuestionaban el talento de sus contemporáneas: "Renoir llegó a decir que la mujer que se consideraba una artista era simplemente ridícula".

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