El joven vigués de 22 años y vocación periodística Santi González pasará hoy -previsiblemente- su primer control de temperatura para acceder al avión que lo traerá de vuelta a Madrid, con escala en centroeuropa. Y eso que, en en los seis meses que lleva en Corea del Sur por una beca tipo erasmus, ha viajado por Japón, Vietnam o Camboya, tras anularse su visita planeada a China a causa del coronavirus. También, a pesar de que el grueso de esos viajes por Asia, que emprendió con un amigo, sucedieron desde finales de enero en plena propagación del virus. Eran aquellos primeros días. Luego todo fue a más. "Nos cancelaron los hoteles y los vuelos a China cuando estábamos en Japón", explica el estudiante de comunicación.

"Las cosas se pusieron serias y nuestras familias se alegraron porque parecía que alejándonos de China, nos escapábamos del virus". "En Tokio cogimos un poco más de respeto a la situación, porque todas las ciudades estaban repletas de gente con mascarilla; había que hacer vida así, pero eran más asequibles. No así en Hanoi, la capital vietnamita donde ya se había propagado el coronavirus", relata. "Y tampoco ahora en Corea, donde es prácticamente imposible hacerse con una y, si la encuentras, está fuera de precio".

"El verdadero pavor me lo encontré en Corea, cuando aterricé y vi que las ciudades estaban totalmente vacías, que la gente no salía de sus casas... y lo mismo me transmiten mis amigos coreanos", asegura. De hecho, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur (KCDC, por sus siglas en inglés) elevó el balance del coronavirus a 17 muertos y 3.526 afectados a causa del brote en el país asiático al confirmarse 813 casos más en las últimas horas.

"Tuve que sentarme y pensar qué voy a hacer, aunque mi intención era pasar seis meses aquí, no pueden garantizar mi seguridad. Nos recomendaron volver a Madrid, tanto desde la Universidad de Corea como la de Madrid", indica Santiago González, aunque se repite que en Seúl -donde vive- solo hay unos 80 casos. Y volverá hoy junto a su novia madrileña, que acaba de viajar para visitarle y que regresa en un vuelo distinto. "Me lo callé hasta que llegó, para no preocuparla sobre la situación", explica. González, que en Madrid vive con sus abuelos, tiene claro que nada más pisar suelo español, acudirá al hospital. Aunque no ha mostrado síntomas de neumonía o fiebre, lo hará "por precaución, responsabilidad y seguridad". "Creo que no tengo nada porque he tomado todas las precauciones con mascarillas y bactericida cada veinte minutos, pero si me contagiase, preferiría estar en España".

Entre los asuntos que más llama la atención al joven está el hecho de que haya estudiantes chinos en cuarentena en instalaciones de la Universidad. "Tienen una zona de acceso restringido, porque Corea ha decidido aceptar a estudiantes chinos y están 14 días aislados", explica. Luego de la llamada de voz a través de una red social, Santi envía una fotografía de cuando fue a recoger sus pertenencias al campus, ayer. Sorprende la estampa ausente de figuras humanas y presidida por una berlina de marca coreana que franquea la valla que corta el acceso a una especie de zona residencial. Allí están, según el testimonio del joven, los estudiantes procedentes de China cuyo abastecimiento corre a cargo de 'especialistas'. "Me considero vigués y madrileño a partes iguales. Además, del Celta. Todos los veranos hago prácticas de radio ahí", destaca el joven.