"Mi deber era investigar el delito y pensé que debía sucumbir el secreto profesional". Con estas palabras defendió ayer en Palma de Mallorca el ya exjuez Miguel Florit la requisa de móviles de los periodistas Francisco Mestre, de "Diario de Mallorca", y Blanca Pou, de "Europa Press", para identificar a sus fuentes como parte de la investigación de una trama corrupta en Mallorca.

El exmagistrado, ahora jubilado, declaró ayer en el juicio en el que se enfrenta a 42 años de inhabilitación profesional por los presuntos delitos de prevaricación continuada, contra la inviolabilidad del domicilio, el ejercicio del secreto profesional periodístico y por interceptación ilegal de comunicaciones. La fiscalía, la Abogacía del Estado y la defensa del exjuez solicitan la libre absolución.

Tal y como publica "Diario de Mallorca", del mismo grupo editor que FARO DE VIGO, Florit argumentó que la entrega de los móviles por parte de los periodistas fue voluntaria y que no identificó sus fuentes. "No eran tan secretas, ya que los periodistas decían en sus informaciones que eran fuentes policiales", llegó a alegar ante el tribunal, explicando que solo quería contrastar si entre las llamadas de los periodistas había contactos con funcionarios implicados en la causa judicial.

El juez, que rechazó contestar a las preguntas de las acusaciones, afirmó que "tenía intención de encontrar el autor del delito de revelación de secretos, que debía ser un funcionario", lo que motivó los cuatro autos dictados en los que acabó ordenando la requisa de los móviles. El juez jubilado añadió que existían denuncias previas por parte de investigados en el caso Cursach por vulneración del secreto de sumario y que el informe policial publicado en verano del 2018 "fue la gota que colmó el vaso".

Florit argumentó que "además de dos policías del grupo de blanqueo" no identificó "ninguna otra" fuente y aseguró que los dos agentes ya "estaban identificados de antes", por los que "no se vulneró el secreto profesional". El magistrado llegó a asegurar la existencia de "cierta amistad" con el periodista Francisco Mestre, y relató cómo él mismo le comunicó en los pasillos de la Audiencia Provincial que no se marchara que la policía tenía que hablar con él, momento en el que los agentes requirieron el móvil al periodista de "Diario de Mallorca". Finalmente, defendió que decidió devolver los móviles al entender que cualquier prueba había sido borrada del móvil de Mestre.

Miguel Florit se sienta en el banquillo de los acusados por cuatro autos judiciales que dictó entre mediados de septiembre del 2018 y mediados de diciembre de ese año cuando instruía, en sustitución del magistrado recusado Manuel Penalva, el caso Cursach, la macrocausa relativa a la supuesta trama de corrupción en torno al magnate de la noche.

El veterano juez abrió una pieza separada secreta ese verano para investigar qué funcionarios públicos podían haber facilitado a la prensa información reservada o secreta de este entramado de corrupción. También declaró ayer, como testigo, la directora de "Diario de Mallorca", Maria Ferrer, quien explicó los efectos que ha tenido para el veterano periodista la incautación de su teléfono móvil: "Mestre no ha podido volver a escribir de tribunales por la desconfianza que se había generado".