Nuevo espaldarazo científico a la dieta mediterránea. Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minesota (EE UU) han descubierto es que la grasa del aceite de oliva, y no el resveratrol del vino tinto, el compuesto clave en la forma en la que este patrón alimentario influye en las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.

Doug Mashek, profesor de Medicina y Bioquímica de la Universidad de Minesota, lideró un equipo de científicos que estudiaron las propiedades del aceite de oliva durante ocho años. Los resultados han sido publicados en la revista "Molecular Cell". Según Mashek, los beneficios para la salud del aceite de oliva se potencian cuando su consumo se combina con una menor ingesta de calorías y ejercicio físico. "Al descomponerse la grasa acumulada por el ayuno o el ejercicio físico es cuando se producen los efectos beneficiosos", destaca el doctor Mashek.