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Silvia Álvarez: "Cada vez se hace teatro musical de mejor calidad"

"'West Side Story' es una historia de amor, pero también habla de racismo y de feminismo"

Anita no solo es la cuñada de María. Es su referente y su amiga, y, aunque no entiende la relación de la hermana pequeña de Bernardo con Tony, un exmiembro de los Jets, ayuda a la joven pareja encubriendo sus encuentros clandestinos. Pero el odio visceral que se procesan los Jets y los Sharks, igual que el de los Montesco y los Capuleto de "Romeo y Julieta", proyecta una negra sombra sobre todos ellos. Silvia Álvarez (Barcelona, 1982), que se estrenó en el género musical con "Cats", y que ha actuado, entre otros, en "Bella y Bestia", "Victor o Victoria", "Fiebre del sábado noche" y "Chicago", con la que actuó en Vigo, encarna a esta joven hispana, valiente, pizpireta y resuelta, capaz de enfrentarse a los prejuicios machistas y sociales de la época.

- ¿Cómo se afronta un musical que es considerado como uno de los mejores de la historia y que inmortalizó el cine?

-Para mí es un reto muy importante y más el personaje de Anita. "West Side Story" es una película que había visto muchas veces de pequeña y que era un referente que tenía. He abordado tanto el musical como el papel con mucho respeto y mucha disciplina, formándome en todo lo que hacía falta para estar al cien por cien antes de empezar los ensayos. Y luego, intentando aportar todo lo que hay en mí que coincide con Anita y todo lo que el director ha sacado de nosotros, teniendo siempre presente el icono de Rita Moreno [Anita en la versión cinematográfica].

- ¿Qué le une y que le separa de su personaje?

-Coincidimos en la garra. Tengo mucha energía y también tiene una parte más pizpireta que también que saco. Sin embargo, yo no tengo su misma seguridad. Esto siempre lo tengo que trabajar o puedo sacarlo a través de esa energía que tengo, pero yo en mi día a día soy más tímida, más discreta y ella es una mujer muy echada para adelante. Anita es como la madre elegida, a quien María tiene como referente, como consejera, la que da un lugar a María en el mundo.

- "West Side Story" habla de amor, pero también de racismo y de machismo. ¿Tan poco hemos avanzado desde 1957?

-La historia que cuenta es una historia de amor que trasciende todas las diferencias. Y también habla de racismo y de feminismo. En "West Side Story", las chicas tienen bastante más poder, las decisiones importantes que se toman que cambian al final la historia las están tomando mujeres y, obviamente, la moraleja es que no aprendemos. Sabemos que es un final trágico y un poco es ver que, si siempre hacemos lo mismo, si nos comportamos siempre igual, no avanzaremos.

- ¿Qué es lo más complicado del género musical?

-Desde el punto de vista interpretativo el aprendizaje ya lo haces antes, pero día a día requiere mucho cuidado personal. Tienes que cuidar mucho tanto el cuerpo como la voz para poder hacer todo lo que exige la función. Aquí no es movimiento escénico, sino danza de nivel y las partituras de las canciones son muy complicadas y el instrumento tiene que estar fino. Anita, por ejemplo, es la primera bailarina del coro de las chicas, por lo que tienes una gran responsabilidad, porque aunque esté cantando también tengo que arrastrar toda la energía de las chicas en el baile.

- El musical ha irrumpido con fuerza en España. ¿A qué se debe su creciente popularidad?

-Cada vez se está haciendo teatro musical de mayor calidad. Antes veníamos de la tradición de zarzuela, donde había buenas voces, pero donde no se contaban las historias bien. Algo en lo que nuestro director, Federico Barrios, ha puesto hincapié es en vivir lo que estamos contando para poder transmitirlo y eso me parece esencial en el teatro musical, que no es solo sentarme y escuchar una música bonita que te entretiene, sino que los personajes tienen que emocionarte.

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