Hasta 75 menores de edades comprendidas entre los 6 y los 14 años y sus familias en Vigo se benefician del novedoso programa "Guindastres", que se integra en el Plan Comunitario de Teis y que ha logrado una ayuda de 23.210 euros de "la Caixa" para su puesta en marcha en la primera edición. Sobre el papel, esta iniciativa trata de dotar de apoyo socioeducativo a estudiantes y familias para favorecer el éxito escolar.

Pero no solo eso, también trata de estimular el deseo de aprender y los valores que les permitan crecer como seres sociales, responsables, solidarios, tolerantes y capacitados para la vida familiar e interrelacional, contribuyendo a su crecimiento intelectual y socioafectivo.

La coordinadora técnica y responsable de programas del Plan Comunitario de Teis, Xenoveva Cordeiro, destaca que este proyecto trata de dar una respuesta "integral y comunitaria" a la educación. Una de las señas de identidad de la propuesta -que se puso en marcha el mes de agosto pasado y finalizará a finales del mes de julio- es la coordinación de todos los recursos educativos y sociales del barrio.

En la práctica, los chicos y chicas proceden de 12 centros educativos -en la actualidad tienen una lista de espera de 10 menores-, con los que trabajan tres educadores sociales. Las necesidades de los alumnos no son solo educativas, sino que abarcan problemas relacionales, de adaptación o de aceptación entre iguales -al margen del rendimiento en el programa curricular- y este programa trata de darles solución en varios frentes. "Trabajamos la parte emocional, relacional, los hábitos de estudio, el trabajo colaborativo y tenemos un área de vida saludable, pero también una parte lúdica y de juego libre", asegura Xenoveva Cordeiro sobre las áreas de trabajo. Entre las actividades se incluye una autoevaluación propia de los alumnos.

Aunque el programa arrancó este curso lectivo, los resultados no se han hecho esperar: los coordinadores aprecian mejorías en cuanto a habilidades sociales, motivación, autoestima, descenso de la conflictividad o mejora de los hábitos de estudio. Es decir, favorece el éxito escolar. Al mismo tiempo, los jóvenes practican meriendas saludables y, en el horario de trabajo en el proyecto -de 16.30 a 19.00 horas-, los móviles se quedan en una caja. "Queremos que el paso por nuestro programa le aporte esas herramientas para ser un poco más felices", resume Xenoveva Cordeiro. En el fondo, se trata de una labor preventiva que realizar de forma comunitaria.

Los alumnos son seleccionados a través de todos los recursos educativos, pero también desde los servicios sociales municipales, de atención primaria o colectivos sociales, así como por parte de las familias. "Nos reunimos con los alumnos que nos derivan, para priorizar casos, y también primamos el compromiso de la familia", destacan.