Ecológicos y gallegos, así son los huevos favoritos de Amancio Ortega, o al menos los que el mismo ha pedido que se sirvan en el comedor del grupo Inditex por su calidad. Así lo cuenta el avicultor David Sueiro, responsable de la firma Galo Celta y empresario de Vila de Cruces, en Pontevedra.

Aprovechando uno de los eventos que el Snow Club Gourmet en estación de esquí andorrana de Grandvalira, el emprendedor pontevedrés ha hablado de este producto estrella que ha conquistado al dueño del imperio Inditex y a chefs de la altura de Martín Berasategui. David Sueiro, que defiende su apuesta personal por estos huevos ecológicos criados en el rural pontevedrés y que reconoce que son "los más caros del mundo", ha ofrecido primero un desayuno y, posteriormente, una cena a la treintena de comensales inscritos al evento.

Sueiro se ha explayado ante ese público en explicaciones sobre sus productos y ha asegurado que tanto Martin Berasategui como Amancio Ortega son dos enamorados de ellos. El primero paga dos euros por cada huevo y los incorpora a su menú de alta cocina y el segundo ha incorporado la oferta a los comedores de las sedes de Inditex, que alimentan a cerca de 10.000 empleados.

Sueiro, acompañado del mediático cocinero Gerson Iglesias, finalista del Foro Gastronómico de A Coruña 2019, ha protagonizado uno de los eventos. La jornada, una combinación de alta cocina y esquí que llega esta temporada a su cuarta edición, ha permitido a la treintena de inscritos conocer los productos de Galo Celta, que recuperan los métodos tradicionales de la ganadería aviar.

David Sueiro reconoce que son "los huevos más caros del mundo" y se declara "orgulloso" de su trabajo, relata que tiene la producción vendida "a años vista" y detalla que sus gallos no se venden al menos hasta el séptimo mes de vida, "mientras que la mayoría lo hacen en veintiún días". Admite que "el precio es una barrera", pero considera que su empresa "honra el producto de la tierra" y considera que Grandvalira le abre un mercado que combina ocio y salud. Sueiro huye de la contaminación de producciones de este tipo y manifiesta que "si produces de manera industrializada contaminas", por lo que sus corrales son móviles y evitan así una sobreexplotación del medio. Estos huevos provienen de gallinas que tienen al menos dieciocho meses, "porque a partir de ahí tienen mucha menos agua y son más untuosos, así era siempre hace tiempo", tras lo que añade que "hay gente que no come carne, pero sí esto".