El acusado de acoso y abuso sexual a catorce niñas en Monte Alto y Juan Flórez, en A Coruña, se confesó culpable ayer en el juicio celebrado contra él. Admitió que, entre junio de 2018 y enero de 2019, asaltó a varias niñas, de entre nueve y 17 años, para tocarles y, de este modo, sentirse él "mejor" y tener "un orgasmo" una vez finalizado el ataque. El hombre ya estuvo en prisión anteriormente, entre 2008 y 2012, condenado por un delito continuado de agresión sexual en grado de tentativa y otro consumado en Ourense, si bien no se han podido computar como agravante de reincidencia, por lo que el fiscal rebajó el total de 51 años de prisión que solicitaba a 38 años.

El acusado admitió que seguía a las menores en la calle, que esperaba a que se metiesen en el portal y que, entonces, él se colaba con ellas en su edificio, les tocaba y se iba. Las doce víctimas que declararon en la vista, que cuando ocurrieron los hechos tenían entre nueve y 17 años, salvo dos, que aseguraron que el hombre les había tocado por todo el cuerpo en el ascensor de casa, describieron el mismo modo de operar. Todas volvían de clase o de hacer un recado cuando el acusado, desconocido para ellas, las abordaba en el portal, en las escaleras o el ascensor y les tocaba o intentaba tocar, en otros dos casos, las nalgas.

El hombre, al finalizar el juicio se mostró "arrepentido" de los hechos y ofreció colaboración a la Sección Primera de la Audiencia. Su detención se produjo en enero del año pasado, cuando atacó a una joven, que salió detrás de él pidiendo ayuda. Entonces, dos chicos de su mismo colegio consiguieron retener al asaltante en la calle Atocha Baja y solicitaron la colaboración de un agente de la Policía Local que se encontraba de camino a su puesto en A Franxa.

El agente, según declaró en la Audiencia, reconoció al hombre como el presunto acosador de jóvenes que llevaban buscando las fuerzas de seguridad desde meses atrás, ya que contaban con una fotografía de una cámara de un cajero automático, que les había facilitado la Policía Nacional.

Los jóvenes que ayudaron a retenerle aseguraron que el acusado les pidió que le dejasen marchar, pero que tampoco opuso resistencia a quedarse mientras llegaban los agentes. "Pensábamos que se lo podría haber hecho a nuestras hermanas", dijeron en declaraciones a los medios tras su declaración en la sala.