El niño africano de 10 años al que el cirujano Pedro Cavadas extirpó un tumor craneofacial más grande que su cabeza murió por una "hemorragia masiva por boca" que no pudo ser controlada, ocasionada por un "atragantamiento con golpes de tos intensa". En un comunicado, el cirujano valenciano afirma que esta complicación "no era predecible" y asegura que ha "repasado mil veces, al milímetro, cada detalle del tratamiento" y asegura no ser "capaz de identificar qué podía haber hecho distinto para evitar este desenlace".

El niño murió el viernes en el avión en el que viajaba de regreso a su casa, de Madrid a Casablanca. "Los resultados de la autopsia y el relato de los testigos, previa autorización judicial para difundir la información, concluyen que la muerte se produjo por un atragantamiento con golpes de tos intensa que ocasionaron una hemorragia masiva por boca que no pudo ser controlada y que resultó en la muerte por shock hipovolémico", explica Cavadas.

Se les informó de que durante el vuelo de vuelta a su país murió y el avión hizo un aterrizaje imprevisto en Málaga para el levantamiento del cadáver.

"Se trata de un desgraciadísimo accidente cuando ya no era probable ninguna complicación y que ha truncado la vida del niño y la ilusión de su familia y de mi equipo", confiesa el cirujano valenciano.