Diez días. Ese es el tiempo que ha tardado el gobierno chino en construir, desde cero, un hospital a unos 25 kilómetros de Wuhan, con un millar de camas, para tratar a los afectados por el coronavirus. Un prodigio de la ingeniería realizado por adición de bloques prefabricados, que se empezó a construir el 24 de enero y comenzará a funcionar hoy mismo.

Bautizado como Huoshenshan (traducible como "Montaña del Dios Fuego"), este centro hospitalario contará con un personal médico de 1.400 miembros, procedentes de las fuerzas armadas, además de un equipo de quince expertos que se centrarán en evitar los contagios dentro del propio hospital. China prepara además un segundo centro, que se prevé que esté terminado para el jueves. La inversión entre ambas instalaciones será cercana a los 40 millones de euros.

Estos dos hospitales son una parte esencial de la estrategia del gigante asiático para contener, de manera definitiva, la propagación del coronavirus, que ha dejado ya 305 muertos y más de 14.500 casos confirmados, la gran mayoría en territorio chino. Las ciudades de Wuhan (donde se inició la epidemia), Huanggang y Ezhou permanecen en cuarentena desde el 22 de enero. Entre las tres suman más de 15 millones de habitantes.

Científicos del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Lazzaro Spallanzani, en Roma, han conseguido aislar la secuencia del nuevo coronavirus. El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, señaló que haber aislado el virus significa "muchas oportunidades para estudiar, comprender y verificar mejor qué se puede hacer para detener la propagación".

En España la atención se centra en los repatriados de Wuhan, que permanecen en cuarentena en el hospital Gómez Ulla de Madrid, y en el turista alemán ingresado en la isla canaria de La Gomera, que este viernes se convirtió en la primera víctima confirmada de coronavirus en suelo español.

Ninguno de los 21 repatriados desde Wuhan tres días atrás ha mostrado síntomas de padecer la enfermedad. Sus familiares han podido visitarlos en los últimos días, siempre bajo estrictas medidas de seguridad y sin que medie contacto físico. Entre las peticiones que los familiares están recibiendo de los internos, la mayor parte se refiere a que les lleven algo de comida.

En cuanto al turista alemán ingresado en La Gomera tras dar positivo por coronavirus, su estado es de momento bueno. El servicio de sanidad canario ha contactado con una veintena de personas que tuvieron contacto con él desde que llegó a las islas, y les realizará un seguimiento preventivo.

Comité de seguimiento

El comité de seguimiento del coronavirus, en todo caso, precisa que en su gran mayoría solo tuvieron contactos casuales con el turista infectado, por lo que no parece que haya peligro de que hayan contraído la enfermedad.

El director del centro de coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, pidió ayer que no haya actitudes discriminatorias contra personas provenientes de China y descartó el cierre de fronteras en España "salvo última posición si realmente fuera necesario".

Por otro lado, en Cataluña saltó ayer la alarma al revelarse que un niño de 8 años, llegado de Wuhan diez días atrás, presentaba síntomas similares a los del coronavirus. El menor fue ingresado en el hospital Sant Joan de Déu, donde le realizaron unas pruebas que descartaron que el niño estuviera infectado.