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Las autoridades chinas demoraron la lucha contra la epidemia al imponer el secretismo

"The New York Times" revela que el médico que descubrió el brote en diciembre fue silenciado, lo que impidió que la enfermedad fuese atajada

Miembros de un comité vecinal de Jiujiang, en China, preguntan a los ciudadanos por sus viajes. // T. Peter

Las autoridades chinas antepusieron el secretismo y el orden a confrontar directamente la crisis del coronavirus, según reveló ayer "The New York Times" en un amplio reportaje de investigación firmado desde Wuhan, epicentro de la epidemia, por Chris Buckley y Steven Lee Myers. Según el prestigioso diario estadounidense, la administración china silenció al médico que descubrió la nueva enfermedad para evitar sufrir "vergüenza política".

Según la información del periódico neoyorquino, en diciembre la entonces misteriosa enfermedad había afectado a siete pacientes en un hospital chino, y el doctor Li Wenliang trató de alertar a los alumnos de su escuela médica con un mensaje en un grupo de chat: "Cuarentena en el departemento de urgencias", decía sobre los pacientes el mensaje emitido el 30 de diciembre pasado. "Qué miedo", respondió uno de los integrantes del grupo en el chat. "¿Viene otra vez el SARS?", preguntó, en referencia a la epidemia que comenzó también en China en 2002 y que terminó matando a cerca de 800 personas.

En mitad de la noche, funcionarios de la autoridad sanitaria de Wuhan citaron al doctor Li y le preguntaron por qué había compartido esa información. Tres días más tarde, la policía obligó al doctor a firmar una declaración en la que afirmaba que su aviso había constituido un "comportamiento ilegal".

"El manejo inicial de la epidemia por parte del gobierno permitió que el virus obtuviera un desarrollo pertinaz", señala la investigación publicada en "The New York Times", centrada en las semanas cruciales que transcurrieron entre la aparición de los primeros síntomas, a principios de diciembre, y la decisión del gobierno de clausurar la ciudad de Wuhan. Los periodistas entrevistaron a más de una veintena de residentes, médicos y funcionarios, y analizaron los comunicados gubernamentales y las informaciones de la prensa china. "En esas semanas, las autoridades silenciaron a los médicos y a otras personas por encender luces de alerta", destacan. "Minusvaloraron el peligro para el público, dejando a los 11 millones de residentes de la ciudad sin saber que tenían que protegerse".

Una de las medidas que se critica es haber cerrado el mercado donde se cree que comenzó la propagación del virus sin restringir a la vez el comercio de animales salvajes. Después, aunque aumentaba el número de casos, las autoridades aseguraron repetidamente que probablemente no había más contagios.

El primer caso del nuevo coronavirus se declaró a principios de diciembre. Cuando las autoridades pasaron a la acción, el 20 de enero, "la enfermedad se había convertido en una amenaza formidable", denuncian los periodistas de "The New York Times".

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