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Raúl Rodrigo sufrió 'bullying' en el instituto y es autor de "Mi receta contra el acoso escolar"

"El acoso escolar deja unas heridas emocionales tremendas"

"Hemos avanzado mucho, pero aún nos falta involucrar a las familias y no olvidarnos del acosador, que es otra víctima", afirma el divulgador

Raúl Rodrigo (derecha) y Xavier Estévez, antes de la conferencia. // José Lores

"En el acoso escolar todos somos responsables, no solo el acosador". Así de rotundo se mostró ayer Raúl Rodrigo, que plasma su experiencia como acosado en "Mi receta contra el acoso escolar" (Desclée), libro que presentó ayer en el Club FARO. Los líderes pasivos -aquellos chavales con poder de liderazgo, pero que no se posicionan del lado de la víctima-, los compañeros que no actúan por miedo, y los profesores y padres que miran hacia otro lado son tan responsables del acoso como el propio acosador, ya que este se siente respaldado por su silencio cómplice.

Raúl Rodrigo, licenciado en Economía y Censor Jurado Cuentas, sufrió acoso en el instituto de Teruel donde estudió, aunque no habló de ello hasta hace unos años. Lo hizo animado por poder ayudar a otros chavales en su misma situación. Fue entonces cuando su familia descubrió también la pesadilla que había vivido. Y contarlo, compartirlo con los demás fue la mejor terapia para Rodrigo, que ahora compagina su profesión como auditor con la divulgación y la escritura. Desde hace unos años comparte en centros y foros especializados su experiencia y aprendizaje como víctima de acoso escolar.

"Yo vivía con la vergüenza de pensar que todo el mundo sabía que no era aceptado, que se me ignoraba, pero a raíz de escribir el libro descubrí que no se lo había dicho a nadie, ni siquiera a mi madre, que se enteró a través de una entrevista de radio", explicó el ponente en el salón de actos del MARCO, en una ponencia que estuvo presentada por el profesor y escritor Xavier Estévez.

No contar lo que sucede, por miedo y por vergüenza, es la reacción más común del acosado, por lo que Rodrigo abogó por estar alerta y trabajar en la prevención, sobre todo desde el sistema educativo. "El acoso escolar va a existir siempre, pero estoy convencido de que si lo identificamos muy pronto las consecuencias que tendrá serán mínimas", manifestó. Y para que esto sea posible, es fundamental trabajar en grupo.

También animó a los padres a construir un ambiente de confianza para que el menor sepa que si le sucede algo ellos van a estar ahí para escucharle y que actuarán con calma. "Si yo estoy siendo rechazado y aislado, y, al decírselo a mis padres, estos van al instituto como unos obeliscos, esto no me ayuda precisamente", explicó.

Igualmente importante es educar a los hijos en que pedir ayuda en nombre de sus compañeros no es ser un chivato. Esta es una manera de ayudar a la víctima, que muchas veces está paralizada por el miedo. "Cuando tienes mucho miedo entras en un bucle total", aseveró.

Rodrigo explicó que el acoso no es algo puntual que se limite a una agresión o dos, sino que se prolonga en el tiempo, muchas veces sin huellas visibles, y que deja cicatrices muy profundas. "El acoso escolar deja unas heridas emocionales tremendas que tardan mucho en curarse", dijo. Y con heridas no se refirió a las físicas, sino a las emocionales. A él le hizo más daño el aislamiento al que fue sometido y lo que no pudo vivir a causa del acoso que el hecho de que le echasen colonia en los ojos, por ejemplo.

En "Mi receta contra el acoso escolar", comparte lo que entiende que debería de haber hecho cuando sufrió acoso y que no hizo, para que pueda servir de guía a quienes puedan encontrarse en esa misma situación. Su receta tiene tres grandes principios: la responsabilidad que tenemos todos y cada uno de nosotros en los casos de acoso, lo importante de pedir ayuda y que hay esperanza.

En este sentido, reconoció que desde que él sufrió acoso, hace ahora veinte años, hasta ahora, se ha avanzado mucho, con la puesta en marcha de protocolos de actuación y programas como el de los mediadores escolares, aunque aún quedan temas pendientes. "Aunque se ha avanzado mucho, aún nos falta involucrar a las familias y no olvidarnos del acosador, que es otra víctima", afirmó.

El ponente también llamó la atención en la importancia de no buscar el porqué del acoso, algo muy habitual en las víctimas de esta práctica que, como recordó el profesor Xavier Estévez, afecta a más de un millar de adolescentes al año solo en España.

"Buscar los porqués es algo muy común, incluso entre los adultos, pero así lo único que haces es hacerte responsable. El responsable es el acosador, aunque no debemos olvidar que él también es una persona herida", afirmó. Esto es importante tenerlo en cuenta no solo para prestarle la ayuda que precisa al acosador, sino también para empoderar al acosado, que ya no verá en este "un monstruo tan grande".

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