El actor Pepe Viyuela lleva toda su vida dedicada a divertir a la gente, habla del humor como "un salvavidas en medio de las adversidades" y, en un momento en el que la comedia está siendo mirada con lupa, se encuentra de gira por España representando la divertida y absurda "Esperando a Godot". Este clásico de Samuel Beckett podrá ver el próximo viernes 7 de febrero en el Teatro Afundación de Vigo y el domingo 9 en el Auditorio de la Sede Afundación de Pontevedra.

Viyuela admite que en España y en el mundo hay una especie de "autocensura" impuesta por lo "difícil que es sobrevivir a un chiste", sobre todo, ahora con las redes sociales, donde "te caen pedradas, ladrillos y pullas de todo tipo, porque siempre hay alguien que se siente herido".

Asimismo, añade que el humor en sí mismo no es algo bueno, aunque es "muy raro" que un humorista haga "terrorismo verbal" porque un chiste "no es una bala, ni una bomba" y, con confianza, asegura que "el humor no va a morir nunca" porque es una "herramienta para vivir".

Para Viyuela, el humor es exitoso porque tiene ciertos "aguijones" que van dirigidos "al poderoso que se puede defender", pero que algunos "tienen la piel muy fina". "También se han reído de mí muchas veces, pero no por mi trabajo, sino por mis actitudes, mi aspecto físico, y lo he soportado", agrega.

El actor ha trabajado tanto en cine como en televisión, pero si tuviese que elegir se quedaría con el teatro, porque es lo que le permite estar "más en contacto con la gente". "El cine y la televisión serían 'comida preparada' y el teatro sería 'comida casera', recién hecha y servida al momento", ha dicho.

El éxito de la venta de "Esperando a Godot", según Viyuela, se debe a su autor, Samuel Beckett. "El texto se vende por sí solo" y la obra "se renueva a sí misma", porque es "suficientemente poderosa" como para sobrevivir a diferentes épocas, ya que, aunque fue escrita después de la segunda guerra mundial, permite hacer una lectura actualizada.

Tanto la obra como Beckett han sido criticados por la ausencia de mujeres, pero Viyuela cree que no es por una "cuestión de misoginia", sino estética, puesto que eso "habla de falta de futuro, de infertilidad", pero que vería posible hacer la obra con mujeres, porque "contaría la historia de otra manera". Para Viyuela, "Godot es todo aquello que anhelamos y esperamos" y la obra le ha ayudado "a llegar a la conclusión de que la vida no tiene sentido" y que nos volvemos "locos" intentando explicar nuestra existencia y ha afirmado que él no cree ni en Dios ni en la vida eterna y que le "ha tocado algo mucho más importante que un décimo de lotería": vivir.

Los seres humanos quieren darle sentido a todo y eso "nos vuelve locos" y le intentamos dar una explicación "inventándonos que venimos de un ser superior que nos ha colocado aquí para dirigir nuestra existencia, para condicionarla, para que seamos buenos para ir a un cielo que está después de esta vida", comenta.

En esta línea, asevera que "es mucho más importante 'salir a buscar' que 'esperar a Godot' infinitamente, y se ha atrevido a imaginar un final diferente para su obra, pero que seguramente decepcionaría a los protagonistas, porque "lo que esperamos cuando llega no se suele corresponder con nuestras aspiraciones".

"Tengo expectativas, pero las intento buscar", "no espero que venga una hada madrina y me diga: deseo concedido". Ahora mismo intento estar mucho con mi madre, se ha sincerado: "Busco el tiempo necesario para estar con ella".

Por el momento, Viyuela comparte el resto de su tiempo girando por España junto al elenco estelar de que le acompaña en esta obra: Antonio Jiménez, Fernando Albizu, Juan Díaz y Jesús Laví y su director, Antonio Simón.

En mayo estrenará el documental "Un viaje hacia nosotros", donde seguirá el rastro de su abuelo Gervasio, integrante del ejército republicano durante la Guerra Civil y que le llevará a conocer su pasado; además de una película sobre el Payaso Marcelino de Orbés y una obra de Molière que, de momento, prefiere no desvelar cuál es.