Luis Castellanos, que estuvo presentado por Belén Varela, experta en Organización y Personas, abogó por trabajar la amabilidad y la paciencia, algo en lo que, precisamente, no se nos educa. En este punto, contó como cuando se arruinó, no recibió más que amenazas y malas palabras, y alertó del peligro que supone confundir los hechos con la realidad.

"La realidad la construimos nosotros mismos, por lo que la podemos cambiar. Lo que sucede es que tenemos miedo a reinventar la vida. Nos están quitando la creatividad y nos están convenciendo para que creamos que la tenemos", manifestó el autor de "El lenguaje de la felicidad", una "travesía esencial" por las palabras más creativas e influyentes en nuestro tiempo cotidiano. "Podemos ser más cálidos con nuestro lenguaje", sostuvo.

Castellanos recordó también que el ser humano es contradicción y apeló por lo que él llama "el décimo hombre", que es la capacidad de disentir. "La contradicción es duda y requiere una decisión. Decidir en la vida es importante", afirmó Castellanos, que ilustró este punto con uno de los relatos de Svetlana Alexiévich incluidos en el libro.

El experto en neurociencia aseguró que la felicidad o su carencia no tiene que ver con tener o no tener. "Se trata de quién eres con lo que tienes", sentenció. También animó a dar y recibir, dos verbos maravillosos, aseguró, capaces de transformar la vida. "Tenemos que aprender a hacer favores y también a recibirlos", dijo Castellanos, quien en su nueva obra diseña un plan para cambiar el lenguaje en tres pasos para ser feliz: tomar conciencia de nuestra atención, tomar el control de nuestro tiempo y tomar el control de nuestras narraciones.