Lejos de la ficción buenista de la película "Los dos papas" del brasileño Fernando Meirelles, la realidad es que la presencia en el Vaticano de dos pontífices es cada vez más difícil, sobre todo si el emérito Benedicto XVI rompe el silencio que se había autoimpuesto tras su renuncia. La realidad parece asemejarse más a las intrigas que propone la serie "El nuevo papa", de Paolo Sorrentino, y que cuenta la lucha de poder entre los dos papas en el Vaticano.

La nueva bomba en el Vaticano cayó el domingo, cuando se anunció un libro firmado por Benedicto XVI -con ninguna referencia a su condición de emérito- y el cardenal Robert Sarah, uno de los principales líderes de la facción conservadora que critica cada movimiento de Francisco. El volumen, titulado "Desde lo más profundo de nuestros corazones" , que estará en las librerías mañana, defiende sobre todo el celibato sacerdotal a raíz del Sínodo sobre la Amazonía, donde los obispos presentes aprobaron la propuesta de ordenar a hombres casados en las zonas más remotas.

Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, defiende que ordenar hombres casados no puede ser una excepción, sino que es una "violación". "En conciencia, como hijo de África, no puedo apoyar la idea de que los pueblos en el proceso de evangelización deberían ser privados de este encuentro con un sacerdocio vivido plenamente", subraya el cardenal originario de Guinea Conakri.

La fecha de la publicación de este libro no parece casual, ya que en breve se espera que Francisco publique la exhortación apostólica sobre el Sínodo de la Amazonía, en la que se esperaba que el pontífice tomase una decisión sobre los "viri probati", hombres casados que pueden ser ordenados para ejercer como sacerdotes en sus comunidades.

Para muchos se trata de un movimiento para meter presión al Papa Francisco, que aunque siempre ha defendido el celibato, podría autorizar esta posibilidad en la Amazonía y abrir el camino a otras zonas remotas del planeta. Cualquier decisión que ahora tome Francisco estará ya puesta en tela de juicio tras la publicación de la opinión de Ratzinger.

En abril del pasado año, después de la histórica cumbre en el Vaticano para acabar con los abusos sexuales por parte del clero, Benedicto XVI rompió su silencio publicando en una revista alemana y adelantado por algunos medios de información religiosa de orientación conservadora su visión sobre el tema.

Benedicto XVI culpó entonces de los abusos a menores a la supuesta revolución sexual del 68 y a las desviaciones de la teología "conciliar", es decir a una interpretación mal entendida del Concilio Vaticano II, el colapso moral de la sociedad y de algunos miembros de la Iglesia. Surgen así, de nuevo, las acusaciones de que Ratzinger, de 92 años, que casi nunca realiza declaraciones y habla con dificultad, puede ser manipulado por el área más conservadora de la Iglesia, enfrentada a Francisco.

Ratzinger y Sarah escriben en el libro que quieren mantenerse "alejados" de lo que divide: "las ofensas personales, las maniobras políticas, los juegos de poder, las manipulaciones ideológicas y las amargas críticas juegan el juego del diablo".

Sin embargo, este libro no viene a calmar las aguas en una Iglesia que parece cada vez más dividida en dos bandos.