Todo hábito alimentario sano tiene que ir acompañado de ejercicio físico adecuado a las condiciones de cada persona. González Soler comenta que, al igual que en la nutrición, el plan de ejercicio debe ser individualizado. "No es lo mismo una persona con una insuficiencia respiratoria, artritis o una enfermedad renal que otra que no lo tiene, es decir cada paciente tiene una necesidad y unas condiciones y hay un deporte para cada uno. No todo el mundo tiene que correr o nadar. Incluso una caminata diaria enérgica vale; todo lo que sea más ejercicio de lo que se haca habitualmente, es bueno".