Cinco millones repartidos en 250 décimos. La lotería de Navidad saludó ayer a lo grande a Moraña y Cuntis, en donde dos bares (Quico y Alborada) repartieron la suerte entre cientos de clientes que, como no podía ser menos en la comarca del porquiño á brasa, celebraron a lo grande que cada uno de ellos se embolsó al menos 20.000 euros por décimo del 49797, agraciado con un cuarto premio.

Álvaro Ares es gerente del bar Alborada de Moraña y no confiaba ni un poco en el sorteo. "Ya había salido todo y desistimos", cuenta a FARO en un momento en el que no le piden un abrazo, una declaración o que brinde, "pero al final sonó el 7 y, bueno, al menos tenemos el reintegro, y luego ¡Espera! Y luego ya fue, ya fué... Llamaban: ¿que si es verdad? ¿Que no? Sí... Que no te creen".

"Nosotros nos marchamos, pon champán para la noche", interrumpe María del Carmen, madre de familia numerosa que va todos los días al bar Alborada. ¿Qué va a hacer con el dinero? "Como se suele decir tapar agujeritos e ir tirando. Es una gran alegría porque también le tocó a mi hija".

Es un buen ejemplo del perfil mayoritario de los agraciados: clientes "de siempre, gente de todos los días, trabajadora, gente que está en paro, me alegro sobre todo por eso, porque es gente que lo necesita".

Lotería de Navidad 2019 en Galicia: Pontevedra se lleva el Gordo de los premios

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Lotería de Navidad 2019 en Galicia: Pontevedra se lleva el Gordo de los premios // FDV

Toño, que prefiere no decir su apellido, y a su lado Marcos Suárez, concejal del BNG, son otros de los agraciados. El edil acude todos los días al bar a tomar café y piensa gastarse el premio en "tapar agujeros, lo típico, y también en un viaje" con la familia.

El bar abre a las 6 de la mañana. "Todo el mundo pasa por aquí a tomar café a primera hora", explica el concejal, que coincide con otros clientes en que "el premio está muy repartido por todo el pueblo y 20.000 euros por familia es una ayuda muy importante en el pueblo"

Belén Piñeiro es otra de las vecinas de Moraña que se hizo con un décimo. "Venimos todos días; es un bar muy familiar, vendió aquí todo los décimos y me alegro tanto por mí, claro, como por toda la gente a la que le tocó porque somos una familia muy grande".

Una parte de ellos se enteró de la buena noticia en el bar y otros llegaron en los siguientes minutos, de modo que apenas una hora después de salir el premio no pocos de los agraciados ya empezaban a estar afónicos. Esta primera veintena de premiados también representaba bien el amplísimo abanico de edacudes, oficios o intereses de los premiados, que si habitualmente comparten unos minutos mientras toman café, el vermú o el vino al salir de trabajar, ayer celebraron con abrazos, canciones y mil brindis que hoy tienen menos preocupaciones económicas. "Aunque seguramente más resaca, sí", conviene el gerente del bar al despedir a la periodista para atender a otros clientes que llegan para abrazarlo y pedirle que ponga champán a enfriar para la noche.