La ambición climática expresada por numerosos países ha crecido en la cumbre de Madrid, y más estados y empresas se han sumado ya a la Alianza impulsada por la ONU y la Presidencia chilena para alcanzar las emisiones "cero" en 2050. Persisten, no obstante, las diferencias en las negociaciones de las delegaciones oficiales que participan en la cumbre sobre algunos de los aspectos más técnicos y complejos del Acuerdo de París para combatir la emergencia climática.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, recordó en una entrevista con la agencia Efe que las conferencias internacionales se deciden en el último momento y cree que esta cumbre puede lograr aún resultados relevantes.

Las negociaciones continuaron en el marco de la conferencia, con un ritmo muy lento y los mismos escollos que dificultan desde el primer día el diálogo, aunque los seis ministros designados por la Presidencia chilena de la COP25 para tratar de desatascar esos asuntos continuaron ayer con su labor "facilitadora". Están inmersos en esa labor de mediación para agilizar los acuerdos los ministros responsables de Medio Ambiente de España, Singapur, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Noruega y Granada.

Los ministros intensificaron ayer los contactos para agilizar la "decisión final" que recopilará los resultados políticos de la COP; el artículo 6 del Acuerdo de París, que regula los mercados de carbono, y las negociaciones sobre el mecanismo internacional de Varsovia, que profundiza en las pérdidas y los daños relacionados con los efectos del cambio climático en los países más vulnerables.

Fuentes conocedoras de la negociación subrayaron que las principales diferencias siguen siendo las referidas al complejo sistema que regula los mercados de carbono, para evitar la "doble contabilidad".

Sobre la mesa está también un asunto que muchas partes consideran esencial en la transición del Protocolo de Kioto al Acuerdo de París: son los "excedentes" de carbono que algunos países conservan y que pretenden que se traspasen al nuevo compromiso internacional. Referido también al mercado de carbono y sobre los proyectos que muchos países ponen en marcha en otros y les ayudan a reducir la contabilidad de sus emisiones, las partes discuten sobre la importancia de incluir salvaguardas sociales y ambientales en cada uno de esos planes.

Mientras avanzan esas negociaciones, lo que sí ha crecido es la Alianza por la Ambición Climática, una iniciativa impulsada por Guterres en la cumbre celebrada en Nueva York el pasado mes de septiembre y que la Presidencia chilena de la COP25 se propuso reforzar en Madrid. Algunas organizaciones expresaron su sorpresa por la cantidad de países que se sumaron ya a esa Alianza y las reticencias que muestran, sin embargo, a asumir compromisos vinculantes en las Contribuciones Nacionales que deber presentar el próximo año, en las que deben fijar cuánto reducirán sus emisiones de gases de efecto invernadero.