La muerte de Marta Calvo, la joven desaparecida en Valencia el pasado 8 de noviembre a la que el colombiano Jorge Ignacio Palma confesó haber descuartizado tras una muerte accidental, ha llevado a investigar la de otra joven brasileña que falleció, en circunstancias casi idénticas, en un prostíbulo de Rusafa en abril tras tener relaciones con el detenido.

Jorge Ignacio Palama confesó, después de entregarse en el cuartel de Carcaixent, que habían tenido una fiesta de sexo y drogas, y que le había puesto cocaína a Marta en sus zonas erógenas antes de fallecer. Una práctica sexual peligrosa y que ahora se investiga si fue lo que ocurrió con la joven prostituta, que sufrió fuertes convulsiones antes de fallecer.

Unos 125 efectivos de la Guardia Civil y de la Unidad Militar de Emergencias participaron ayer en una nueva e infructuosa búsqueda el cuerpo de Marta Calvero, que tras ser descuartizado fue depositado en distintos contenedores de basura, según la versión del detenido, que manifestó que lo ocurrido fue un accidente y que desmembró su cuerpo y los arrojó a diferentes contenedores. La búsqueda entra en una fase lenta y minuciosa ahora.