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Juan Sánchez Fernández - Director general América para Synthesia Technology

"La revuelta social de Chile ha sido totalmente inesperada"

El vigués es el director general para toda América de la empresa especializada en sistemas de poliuretano Synthesia Technology

El directivo vigués Juan Sánchez, en las oficinas de Synthesia Technology.

La química y la economía se entrelazan en la familia desde hace varias generaciones. Su padre y su abuelo, ambos con formación en ciencias, dirigieron la Escuela de Empresariales de Torrecedeira y su hermano es profesor de Economía Financiera y Contabilidad en el campus de Ourense. Juan Sánchez (Vigo, 1976) es químico de carrera, pero su primera experiencia laboral le despertó el interés por la parte comercial y de negocio. Su trayectoria profesional pasa por Holanda, Barcelona y Dubai, y desde hace un año es el director general en América de Synthesia Technology, empresa especializada en sistemas de poliuretano para la construcción y la industria.

"Mi hermano sabe de economía mucho más que yo y me da un punto de vista analítico y a medio-largo plazo muy interesante. Y lo mismo mi padre", comenta este abanderado de Vigo y, como no, "superceltista". "Salgo a correr con la camiseta del equipo, veo los partidos todos los fines de semana y en Panamá le hablo a todo el mundo del Celta y la ciudad. Soy el embajador número uno", admite entre risas.

Juan se fue a Holanda como "erasmus" y empezó a trabajar en la multinacional AzkoNobel, la primera del mundo en pintura decorativa e industrial. Volvió a España con la misma empresa, en concreto a Barcelona, y durante dos años compatibilizó su empleo con un MBA de Esade que preparaba "de 7 a 10 de la noche".

Quiso probar algo nuevo y entró en Europraxis para hacer consultoría estratégica -"Fue duro pero sigo utilizando lo que aprendí", apunta- y en 2008 fichó por Synthesia Technology. Era su director comercial cuando Morchem, otra empresa española dedicada a los adhesivos de poliuretano le planteó hacerse cargo del desarrollo de negocio en Oriente Medio y el Sudeste Asiático.

Aceptó la oferta y durante casi cinco años residió en Dubai hasta que Synthesia volvió a contactar con él tras ser adquirida por el grupo irlandés Kingspan, uno de los líderes mundiales en la industria de la construcción, para convertirse en el director general de toda América.

En noviembre de 2018 aterrizaba en Panamá, donde la empresa tiene una fábrica y constituye un enclave estratégico desde el que controlar las ventas en 30 países del continente americano y las relaciones con más de 400 clientes, entre los que figuran grandes compañías como la chilena Cintec.

"La integración en Kingspan nos está yendo bien y seguimos creciendo pero esta última parte del año esta siendo muy difícil. La revuelta social de Chile ha sido totalmente inesperada. Era el país más tranquilo y serio para hacer negocios y ahora la situación es muy complicada. Y además se está produciendo un efecto contagio a Ecuador, Bolivia y Colomia. También está por ver qué pasará en Argentina con el nuevo presidente y parece que Brasil es el que ofrece mayor estabilidad en estos momentos. Latinoamérica es un mercado potencial impresionante, las oportunidades son tremendas, pero en situaciones como la actual el riesgo es alto", plantea.

Además de afrontar esta realidad convulsa, Juan deberá capitanear en 2020 el reto de aumentar la presencia en EE UU, así como ratificar el "fuerte" compromiso medioambiental de la compañía. "Kingspan está muy implicada en la reducción de emisiones, el uso de energías renovables en las plantas para que sean autosuficientes y la economía circular. Uno de sus proyectos, por ejemplo, es el reciclaje de botellas de plástico PET recogidas en el mar para fabricar productos de aislamiento. Pero en Latinoamérica los gobiernos fijan menos obligaciones o incentivos para que las empresas apuesten por este cambio", compara respecto a Europa.

A punto de acabar el año, ha cogido más de 120 aviones -"He pasado un mes en el aire", calcula-, mañana viajará a EE UU, después a México y en pocos días regresará a Vigo para disfrutar de la Navidad con su mujer, Bárbara, una zaragozana "apasionada" por el Val Miñor, y sus tres hijos. "E iremos a ver las luces, claro", añade, "el otro día un taxista de Madrid me dijo que eran mejores que las de la capital sin saber que yo era de Vigo".

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