Enrique Dans aseguró que la tecnología es cada vez más accesible, barata y fácil de usar, aunque otro aspecto muy distinto es hasta qué punto sabe el usuario a qué se compromete cuando baja una aplicación o comienza a usar un servicio, ya que nadie lee las condiciones de uso, que se aceptan a ciegas, lo que implica que luego puedan producirse abuso por parte de las empresas emisoras. "La mayor mentira de internet es el 'he leído y entendido los términos y condiciones de uso' porque le das a la equis y descargas", aseguró.

Esto, según el profesor de Innovación en la IE Business School, puede llevar a prácticas que vulneren derechos como la privacidad. "El 'hacker' no es un malvado que roba cosas, sino alguien que se pregunta qué hay detrás de los programas. Todos nosotros deberíamos ser pequeños 'hackers'. Lo que pasa es que no nos han enseñado a serlo. Y ser más activistas también: si sabemos que se ha producido un abuso, denunciarlo. De repente, un pensamiento tuyo en una red como twitter llega a doscientos contactos, que a su vez lo retuitean. Hoy tenemos influencia", afirmó.

Según Enrique Dans, la tecnología, como casi todo, tiene dos caras. Como ejemplo puso la aparición de software multiusuario Aster, que permitió buscar cualquier canción en la red y descargarla, gratis. Este programa, que hizo las delicias de millones de personas, que, de repente, pudieron bajar sus temas, no gustó a las compañías discográficas, que enseguida pidieron medidas para acabar con una práctica, la descarga ilegal, que duró años. "Hasta que surgió Spotify, que por una cantidad pequeña al mes te permite disfrutar de toda la música que quieras. Si las discográficas hubieran hecho esto se habrían ahorrado años de pérdidas", dijo.