La auténtica estrella de la cumbre del clima de Madrid, la activista sueca de 16 años Greta Thunberg, desembarcó ayer en Lisboa después de cruzar el Atlántico desde Nueva York en un catamarán "ecológico" para no ir en avión y así evitar contaminar. La travesía duró 21 días. Puso pie en tierra y reiteró su mensaje contra el cambio climático: "No dejen de luchar por su futuro. Estamos en emergencia climática, precisamos de un punto de vista global, trabajar en conjunto para garantizar condiciones de vida para la humanidad en el futuro".

Thunberg, que ahora aún tendrá que llegar a Madrid en un medio de transporte que no contamine -tales son sus principios ambientales- espera que "los líderes mundiales" reunidos en la capital española "perciban finalmente la urgencia" de luchar contra el calentamiento global. "Mucha gente dice que no importa y que no va a pasar nada, pero empezamos a ver los resultados", agregó ayer. "Tenemos que pensar a largo plazo, no podemos pensar solo en hoy, hay que pensar en el futuro". La líder sueca admitió que los jóvenes de su generación "estamos enfadados y frustrados y es por una buena razón. Dejen de darnos motivos para enfadarnos".

La adolescente sueca no desveló su agenda para los próximos días. Solo adelantó que viajará a Madrid y asistirá a la marcha convocada el viernes contra el cambio climático. También dijo que pasará la navidad en casa.

Thunberg, el "caluroso", al legar a Lisboa, agradeció el recibimiento que le tributaron autoridades, jóvenes y ciudadanos lisboetas. Cuando llegue a Madrid, tiene penado exigir a todos los líderes allí reunidos que escuche a la ciencia y pedirá a todos que "hagan lo que puedan para asegurarse que están en el lado correcto de la historia". En una rueda de prensa posterior a su desembarco indicó: "Iré a la COP25 de Madrid y seguiré luchando allí para mostrar las voces de las personas fuertes, y las voces de las próximas generaciones, y especialmente las de las personas del sur para que sean escuchadas".

Greta confesó que después de tres semanas "aislada" tuvo momentos para la reflexión y ahora se ve "con ganas" de seguir con su lucha climática.

Thunberg garantizó que los activistas "no pararán" y continuarán viajando por el mundo para poner presión sobre las personas para que prioricen la lucha climática de forma más intensa. "Me siento con ganas y tengo energía para continuar", aseguró la joven quien denunció que en la actualidad "ningún" país del mundo está haciendo "lo suficiente". "Tenemos que hacer mucho más de lo que estamos haciendo hoy". Thunberg también tuvo palabras de agradecimiento para todos los miembros de la tripulación, la familia australiana en cuyo velero ha viajado desde Estados Unidos, y a "todos" quienes la han ayudado a hacer posible este periplo.

Greta definió como "alucinante" tanto el viaje como la bienvenida que recibió en Lisboa después de estar aislada tres semanas en un espacio tan limitado y con tan pocas cosas que hacer y estar desconectada del mundo. "Venir a tierra es muy caluroso y pienso que todos nosotros estamos todavía abrumados por que estéis aquí con nosotros", dijo la joven para admitir después que cree que los "cerebros" de todos ellos no estaban acostumbrados "todavía" a estar en "casa", en Europa.

La activista sueca aseguró también que "somos enfermos de una emergencia global y debemos abordarla desde una perspectiva holística para asegurar las condiciones futuras de los seres humanos". Un periodista español le preguntó en el pantalán, donde Thunberg ofreció su rueda de prense, qué medio de transporte utilizarían a quienes no pueden permitirse viajar un mes en barco. Greta ha reconoció que no viaja así por todo el mundo "por que quiera" sino porque es "fundamental mandar el mensaje". La joven admitió que "no todo el mundo va a cruzar el Atlántico en barco" pero criticó que en la actualidad es "imposible viajar de forma sostenible". "Yo no digo a la gente cómo tiene que viajar, pero por supuesto hay unas soluciones alternativas. No puedo decir a nadie qué debe hacer", insistió.