Expertos de la Fundación Amigó proponen un "decálogo de pautas educativas" que es importante aplicar, desde que los hijos son pequeños, porque favorecerán su correcta socialización. También es importante la coherencia entre todas las figuras educativas. Utilizar unas pautas de crianza adecuadas implica conjugar adecuadamente el afecto, la disciplina y la comunicación, y ser modelos: saber poner límites, teniendo en cuenta los diferentes periodos evolutivos por los que atraviesan, supervisar que no se rebasen y escucharles.

La importancia de poner normas a tu hijo o tu hija y que estas deben ser pocas, claras y concretas. El discurso convence, pero el ejemplo arrastra. Los progenitores somos modelos a imitar. Además, se deben evitar las contradicciones y desautorizar a la otra figura de autoridad, siendo coherentes y consistentes.

Afecto: Le queremos por lo que es, aunque en ocasiones cuestionemos cosas que hace.

Comunicación: Darle importancia a la expresión de lo positivo, a felicitarle por sus logros, a darle valor.

Disciplina: La educación no puede estar exenta de límites. Las normas educan, guían y dan seguridad los menores.

Valorar y felicitar a los hijos por aquello que hacen bien. Para ello no es necesario que haga grandes cosas.

Escuchar activamente a los hijos (deja por 10 minutos lo que estás haciendo y préstale atención a lo que te quiere comunicar). Eso sí, no lo hagas como si fuera un amigo. Los expertos también insisten en la importancia de mantenerse firme en el "no".