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Eduardo Infante - Profesor de Filosofía

"La filosofía es el mejor antídoto contra populismo, dogmatismo y estupidez"

El docente reconoce que "vivimos tiempos oscuros en los que la democracia tiene enemigos"

Público asistente a la conferencia y coloquio sobre "Filosofía en la calle". // J. Lores

"Vivimos tiempos oscuros en los que la democracia tiene enemigos", reconoció ayer en Club FARO el profesor Eduardo Infante, "y la filosofía es el mejor antídoto contra el populismo, el dogmatismo y la estupidez". El docente y autor de "#FiloRetos para la vida cotidiana" presentó en Vigo su propuesta de "Filosofía en la calle", presentado por el catedrático de Filosofía gallego Jorge Álvarez Yágüez. Infante aplaudió el interés del público asistente en la temática, que venció a la desapacible tarde de temporal. Sincerándose en lo personal, alabó la experiencia de tener amigos gallegos.

"Filosofía en la calle" (Ariel), el libro de Eduardo Infante, trata de devolver esa disciplina a la plaza pública, de donde un día salió. "Es el reflejo de un gran trabajo a lo largo de muchos años con su alumnado", había introducido Jorge Álvarez. Luego, Infante reconoció que comenzó a escribirlo desde su trabajo diario, como profesor de bachillerato cuando impartía clases en Sevilla -aunque este docente nacido en Huelva en 1977 hace años que da clases en Gijón-. Firme defensor de la enseñanza de la filosofía, el profesor aseguró que "no hay democracia sin pensamiento libre".

Una escena habitual en un aula con adolescentes supuso para el docente un punto de inflexión: una joven que miraba continuamente por la ventana mientras él explicaba a Aristóteles retó su paciencia. "¿Se puede saber qué es lo que te entretiene ahí fuera, más interesante que el examen que tienes la próxima semana", le espetó Eduardo Infante, sin aguardar que aquella respuesta fuera a cambiar su método educativo. "La vida", respondió la joven, que hoy es filósofa. "Y aquellas dos palabras cayeron en mi mente como bombas de napalm", reconoció el profesor y filósofo. Por seguir un ejemplo inspirador, Infante halló una analogía de la situación de los alumnos en la clase y "La caverna" de Platón. "Quizás las sombras para los estudiantes fueran los apuntes de la pizarra", ejemplificó.

Desde entonces, Infante convive con la idea de transformar las lecciones filosóficas 'magistrales' en una manera de "conectar con la vida" y ejercitar el pensamiento. Para comenzar, salieron a dar la lección al exterior. Y el profesor, que se declara admirador de Sócrates, les planteó realizar una lista de temas que les preocupaban a los alumnos. "Luego, trataría de buscar en mi biblioteca una solución". En suma, trató de escribir el libro que a él le hubiese gustado tener en las manos cuando era adolescente.

La filosofía comenzaron a practicarla hace más de dos milenios hombres libres que se reunían en las calles de las ciudades griegas para ejercitar el pensamiento. Los ciudadanos debatían en la plaza pública acerca de lo justo y lo injusto, la verdad o la felicidad en la época de Sócrates. Por eso Infante se inspira en ese modo de hacer filosofía y ha creado incluso una 'plaza pública virtual'. Al tiempo, recuperó la estructura del origen filosófico: hacerse preguntas.

¿Cómo se supera una ruptura sentimental? ¿Cómo se afronta la muerte de un ser querido? ¿Cuánto necesitamos comprar para ser felices? ¿Decir "yo también" es lo mismo que decir "te quiero"? ¿Cuándo deberíamos fiarnos de la Wikipedia? ¿Debe un hombre ser feminista? ¿Sirve de algo rezar?

El conferenciante expuso una retahíla de preguntas, algunas de las que encabezan los capítulos del libro y de las que debatió con los asistentes. También leyó una carta con cuya lectura comienza el curso escolar y en la que también expresa algunas de sus convicciones: "La filosofía no es útil, como un sacacorchos; es valiosa como una botella de vino compartida con un amigo mientras cae la tarde". Tras expresar irónicamente en varias ocasiones que la filosofía "no sirve para nada", Infante defendió: "La filosofía no sirve para nada porque no es sirvienta de nadie, ni de la religión ni del Estado". En alusión directa a los alumnos, también indicó: "Os quieren ciudadanos estúpidos, consumidores e incompetentes".

Y para afrontar algunos de los problemas de la vida contemporánea, el profesor brinda respuestas que los grandes filósofos han aportado a lo largo de la historia. "No hay una única solución, sino respuestas alternativas e incluso contradictorias", explicó en Club FARO. El juicio de valor queda al criterio del lector: deberá mediar entre Kant y Bentham, Hobbes y Thoreau, Simone Weil y Platón?

"Filosofía en la calle" "habla" a un público muy concreto: adolescentes y jóvenes, principalmente. Por eso está muy presente el uso de las nuevas tecnologías. Los lectores encuentran que al final de cada capítulo hay un código QR y que estos van directamente enlazados a hilos de Twitter, para interactuar entre ellos y con el autor y proseguir el debate de la temática leída.

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