Toda la comunidad estará en alerta amarilla hoy a causa de diversos fenómenos adversos. Durante la jornada, Galicia quedará bajo la influencia de la borrasca Cecilia que se moverá por el golfo de Vizcaya, por lo que se aguardan cielos nublados con precipitaciones, localmente fuertes, que en muchos puntos puntos podrían alcanzar los 40 litros por metro cuadrado en 12 horas. De hecho ya se han recogido hasta 70 l/m en Lousame (A Coruña) o más de 45 en Tui

Los vientos soplarán fuertes de componente oeste. Las rachas máximas ya han superado los 100 km/h e incluso los 130 km/h en Viveiro Lugo. Los 114 km/h de As Neves, los 105 de Cabeza de Manzaneda, los 96 de Oia o los 81 de Vigo han sido otros de los valores máximos registrados durante la mañana.

Se aguarda también viento en el mar de fuerza 7 con intervalos de fuerza 8 a partir de las seis de la tarde en las Rías Baixas y la costa coruñesa, y olas en el mar de entre 4 y 5 metros en Rías Baixas y Costa da Morte.

Naviad en Vigo: encendido de las luces sin lluvia

Pese a todo, lo peor de este nuevo temporal que atraviesa Galicia se espera para este viernes. El sábado, día en el que se hace efectivo el "decreto del buen tiempo" de Abel Caballero para el encendido de las luces de la Navidad en Vigo, el mal tiempo se toma una tregua y durante la tarde no se esperan precipitaciones. Lluvias que volverán el domingo acompañadas de un descenso de la cota de nieve que se situará en todo a los 1.200-1300 metros, ya en la madrugada del sábado.

La alerta amarilla por lluvia, oleaje y fuertes vientos de un temporal en toda regla no ha impedido que un aluvión de visitas llenen los hoteles del área de Vigo. Una demanda que ha saturado las plazas de la ciudad olívica y ha obligado a muchos turistas a buscar un alojamientos en Morrazo, Miñor o Pontevedra.

Precisamente, un informe publicado por Turismo de Galicia detalla como eligen su alojamiento los turistas que llegan a la comunidad y concluye que dos de cada tres turistas se alojan en la aldea de los abuelos, el piso de unos primos, la casa en la playa de unos amigos o la de un propietario cuyo alquiler no está registrado oficialmente.

Las opciones al margen de la oferta oficial hotelera se han disparado en Galicia, de tal forma que ya suponen el alojamiento de dos de cada tres visitantes a nuestra comunidad. En la última década el número de visitantes que recurren al domicilio de un familiar para disfrutar de unas vacaciones casi se ha duplicado. En el extremo opuesto, los extranjeros prefieren en su mayoría un 60% registrarse en hoteles.