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Javier Peña: "No importa tanto ser felices como que parezca que lo somos"

"El carpe diem es un proverbio muy atinado, pero tiene un problema: viene sin instrucciones. ¿Cómo hago para vivir el momento?"

Javier Peña, con su libro "Infelices". Xoán Álvarez

"Infelices", su debut literario, está suscitando buenas críticas y colándose en las listas de libros recomendados. Javier Peña dejó el periodismo cuando la editorial Blackie Books compró el manuscrito de este libro, una historia generacional de cinco jóvenes. Se hacen llamar el "Círculo de Viena" de Santiago, donde vive el autor. Casi todos los personajes tienen algo de la personalidad de su creador, y uno de ellos es un trasunto de su mejor amiga, fallecida por cáncer, y a quien dedica el libro. Pese a que aborda el fracaso, la tiranía de las expectativas y la frustración, hace feliz a quien lo lee.

Hoy (19.30 h.) la presentará en la Casa del Libro de Vigo, en conversación con la periodista Teresa Cuiñas.

- Hoy más que nunca, con las redes sociales como Instagram, y la obsesión por viajar - y presumir de ello - , ¿hay una mayor presión social para mostrarnos felices?

-Estamos bajo la dictadura de la felicidad social. No importa tanto ser felices como que parezca que lo somos. Y eso es terrible porque la mayor parte del tiempo vivimos una realidad impostada. Cuesta distinguir el límite entre lo que somos y el personaje que nos hemos creado.

- Los personajes de su novela se regodean en su infelicidad y en su fracaso. Pese a ello, se ha dicho que esta novela "te hace feliz al leerla". ¿Hay un mensaje positivo en el libro?

-Nunca he intentado escribir nada con mensaje. Odio que me sermoneen. Yo escribo para contar historias y quiero que el mensaje lo extraiga el lector. Hay lectores que me han dicho que la novela es dura, otros que se han reído mucho, otros que han sido felices leyéndola... Pienso que el mejor mensaje de un libro es que te haga pensar sobre el mundo y la vida.

- Ha dicho que su generación lo ha tenido siempre muy fácil en la vida, ha tenido todas las necesidades cubiertas y no ha tenido que luchar por ellas. ¿Le han caído muchos palos por decir eso?

-La mayoría me ha dado la razón. Sé que hay gente que lo ha pasado mal económicamente. Es el problema con las generalizaciones, que metes todo en el mismo saco. Pero si nos comparamos con nuestros padres o abuelos, no hay duda de que hemos sido unos grandísimos malcriados.

- ¿Cuánto ha tenido que ver con la infelicidad general de su generación la crisis que comenzó en 2008?

-Creo que mucho y poco a la vez. La crisis supuso un golpe duro en un momento en que teníamos que dar un salto profesional. Pero también es cierto que por esa facilidad que tuvimos para acceder a casi todo, si nuestras aspiraciones profesionales se hubiesen cumplido, tampoco estaríamos satisfechos. Sucede como con los viajes: primero éramos felices yendo cuatro días a París, luego pasamos a necesitar dos semanas en Estados Unidos, y ahora si no vas un mes a recorrer un país exótico no eres nadie...

- ¿El infeliz es aquel incapaz de llevar a cabo el "carpe diem", de disfrutar del presente?

-Pienso que sí. A mí me ocurre constantemente. Siempre estoy un par de pasos más allá de donde está mi cuerpo. El carpe diem es un proverbio muy atinado, pero tiene un problema: viene sin instrucciones. 'Vive el momento', de acuerdo, ¿pero cómo hago para conseguirlo?

- En la película "Match point", de Woody Allen, se dice que en la vida es más importante tener suerte que talento. ¿Está de acuerdo?

-Depende para qué. Para lo que se entiende socialmente como éxito, sí. ¿Pero qué es el éxito? Si lo llevamos a la literatura, ¿consideramos mayor éxito un mal libro que vende mucho o un buen libro que vende poco? El éxito que deriva de la suerte suele venir acompañado del síndrome del impostor. Confieso que cada vez que he tenido suerte he pensado "no me merezco esto que me está pasando".

- Hay una letra de una canción que dice que "la felicidad es para aquellos que no la necesitan".

-Todo lo que se puede conseguir es para quien no lo necesita. Una vez lo alcanzas dejas de necesitarlo y, por tanto, dejas de valorarlo. Lo que me pregunto es si realmente se puede conseguir la felicidad, más allá de momentos específicos, una felicidad estable y duradera.

- Hablando de canciones, ¿si su libro fuera una de los Smiths, sería "Heaven knows I'm miserable know"?

-Me resulta imposible quedarme con una sola canción. The Smiths son la banda sonora de mi vida. Hay muchas letras de Morrissey que encajan con la novela. Ahora mismo se me ocurre una frase de 'Nowhere fast': "Cuando me tumbo en la cama pienso en la vida y en la muerte, y ninguna de las dos me atrae demasiado". Creo que es muy "Infelices".

- Trabajó siete años como asesor político. ¿Iván Redondo, asesor de Pedro Sánchez, tiene una novela... o una serie?

-Veo más la serie. Quizás el final de la primera temporada tuvo lugar el 10 de noviembre y nos salvamos de milagro. Pero si de verdad él es el culpable de que ahora haya 52 fascistas en el Congreso, igual no debería tener papel en la segunda temporada.

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