Los cuatro bloques, atados de dos en dos, que aparecieron en el pozo donde se ocultó el cuerpo de Diana Quer apuntan que el Chicle intentó lastrar dos veces el cuerpo, de acuerdo con los testigos que esta jornada pasaron por el juzgado. La primera vez habría unido los bloques con cable eléctrico, pero algo falló y se fueron al fondo por lo que el cadáver se quedó flotando.

Con el segundo intento, José Enrique Abuín habría tenido éxito. Ató los bloques con cable de transmisión de datos y este se incrustó en la cintura de la joven. Los lastres llegarían al fondo del pozo, de unos diez metros de profundidad, y el cuerpo de joven madrileña se quedó hundido a medio metro del fondo.

De ahí el interés de los testimonios de los guardias civiles que participaron en el levantamiento en la nave de Asados el 31 de diciembre de 2016. La Fiscalía en su escrito de acusación sostiene que Abuín acudió al pozo casi un mes después del crimen para fondear bien el cuerpo.