La situación en Cataluña a raíz del proceso soberanista de Cataluña, conocido como el "procés", acaparó el turno de preguntas abierto tras la charla-coloquio. Pilar Eyre insistió en que no es independentista, aunque expresó su respeto por quienes lo son. "Nunca me he callado mis opiniones. Vivo en Barcelona y no puedo fingir siempre. Yo no soy independentista. Pertenezco a esos dos millones de catalanes que no lo son, pero ellos tienen un sueño, que yo respeto y que es legítimo. No es ilegal ser independentista. Con lo que no estoy de acuerdo es con la violencia, que creo que perjudica tanto a los independentistas como a los que no lo somos porque entorpece la vida cotidiana y ensucia su sueño", aseguró.

En su opinión, se le está dando demasiada cobertura informativa a los disturbios que están produciéndose desde hace unas semanas como consecuencia de las protestas contra la sentencia del "procés", lo que alimenta a quienes los ocasionan. Matizó Eyre que se trata de acontecimientos aislados, muchas veces magnificados desde fuera. "Los que hacen estos actos vandálicos son muy pocos. Algo de culpa tenemos los periodistas. Tenemos que estar informados pero si estamos sacando todo el día a estos pequeños grupos, que al fin y al cabo lo que quieren es que hablemos de ellos, creo que estamos añadiendo gasolina al fuego", opinó.

Reconoció, sin embargo, que le resultó muy doloroso comprender que había dos millones de catalanes que pensaban de forma diferente a otros dos millones, una diferencia de parecer que se da en todas las familias, incluida la suya, y que ha llevado a muchos catalanes, ella incluida, a lo que muchos llaman "la depresión del procés".