Elena Castro destacó en su conferencia en CLUB FARO el compromiso de gobiernos y administraciones con la innovación a lo largo del mundo, pero también tuvo un momento para llamar la atención sobre aquellos estados en los que no es tan fácil innovar por los vetos u obstáculos administrativos.

"Hay sitios en los que innovar es difícil porque puede estar penado", señaló para, a continuación, señalar las leyes protectoras a la hora de desarrollar determinadas vacunas.

Pero los gobiernos no son los únicos escollos. En determinados casos, si no se explica bien o no se implica a la clase trabajadora, la innovación puede ser respondida con una fuerte o agresiva contestación social. "He visto máquinas boicoteadas por gente que rechaza determinadas cosas", señaló.

Por ello, agregó que no basta con implantar la innovación, también hay que realizar el esfuerzo de formación para las personas que vayan a trabajar con ella.

Para ella, la dirección de una empresa o administración debe involucrarse desde el principio con la innovación. "El contexto es muy importante, hay sectores con mayor necesidad de innovación", añadió.

La cultura del fracaso

Asimismo, destacó que "la cultura es muy importante si el riesgo se acepta. En este país, al que se equivoca, se le ve mal. En Estados Unidos o Canadá, aunque se equivoquen varias veces" si finalmente ofrecen una idea factible de éxito les acaban "dando dinero" para llevar a cabo su proyecto, explicó. "Los financian, aquí no sé si se lo darían", en el caso de haber fracasado en ocasiones anteriores.