"Divinas palabras" está considerada una de las mejores obras de teatro estrenadas en España por su moderna visión del concepto teatral y la riqueza de todos sus elementos. Valle-Inclán nos sumerge en un lugar sórdido con personajes igual de tremendos, una aldea donde la muerte, el fanatismo, la barbarie, la codicia, la lujuria y la represión sexual condicionan el comportamiento de sus habitantes. La técnica del esperpento -con su visión grotesca y tragicómica de la realidad- se fusiona con la influencia de la época más oscura de la pintura o el simbolismo de grandes nombres de las vanguardias. Es evidente la influencia de Goya y sus Pinturas Negras, de los disparates, de los horrores de la guerra. Es también evidente la influencia de Solana, Dalí y de toda una corriente española que llega hasta nuestros días -con Buñuel a la cabeza- en una auténtica sinfonía de colores, sonidos y sentimientos.La versión que ahora se sube a las tablas está firmada por José Carlos Plaza y protagonizada por María Adánez.

La actriz se pone a las órdenes de José Carlos Plaza en esta versión de Valle-Inclán con la que comienza una nueva Temporada de Teatro de Afundación, la Obra Social de Abanca.El elenco está conformado, además de Adánez, por Ana Marzoa, Javier Bermejo, Alberto Berzal, María Heredia, Chema León o Diana Palazón, entre otros y se podrá ver hoy - a las 20.30 horas- en el Teatro Afundación de Vigo.

Las entradas están disponibles en la web Ataquilla.com para todas aquellas personas que no hubiesen adquirido un abono de temporada, que supone un ahorro del 20 % con respecto al importe de las entradas sueltas.

"Divinas palabras", subtitulada "Tragicomedia de aldea", es el exponente más moderno, el engranaje más perfecto y el cénit en el que el teatro español alcanza su máximo nivel. Fue estrenada el 16 de noviembre de 1933 en el Teatro Español de Madrid, dirigida por Cipriano Rivas Cherif y con Margarita Xirgú y Enrique Borrás entre su elenco. A través de un lenguaje de tono exuberante, inventado, se transforma en algo poético de una belleza insuperable, consiguiendo que la prosa se convierta en música. Con una modernísima visión del concepto teatral, donde los espacios se multiplican. Y donde el realismo, el esperpento, lo arcaico o lo esotérico se mezclan, produciendo un autentica borrachera de imágenes.