La figura del coordinador parental, que interviene entre una pareja divorciada en conflicto con hijos a cargo, comenzó a implantarse en Estados Unidos para, posteriormente, extenderse por Europa. En España, la fórmula se está empleando en comunidades como Madrid, Cataluña, Aragón y Comunidad Valenciana. Galicia se ha estrenado este año con una coordinadora que opera de forma extrajudicial o intrajudicial pero al margen de la Consellería de Xustiza. Desde este departamento autonómico, explican que "seguimos á espera do Ministerio de Justicia. Na Conferencia Sectorial do 3 de outubro do ano pasado, o Ministerio propuxo facer unha experiencia piloto en materia de coordinación de parentalidade en cada territorio, pero polo de agora segue en suspenso".
A diferencia de otras regiones, no actúa mediante un convenio entre la Consellería de Xustiza y el Colexio Oficial de Psicología, sino que la única coordinadora parental gallega opera bajo el programa "Servizo de Apoio Familiar, Interal e Multidisciplinar" (SAFIM).
Este servicio público y gratuito está promovido por la Asociación Gallega de Padres y Madres Separados en colaboración con la Unidad de Psicología Forense de la Universidade de Santiago (que se encarga de la dirección técnica). Además, está financiado por la Consellería de Política Social con cargo al 0,7% del IRPF.
El objetivo es "ayudar a las familias para que los problemas o la ruptura de la pareja no tengan consecuencias negativas sobre los menores y los propios adultos, al tiempo que intenta promover una coparentalidad positiva; pero que presta apoyo también a los adultos, incluida la familia extensa: abuelos, tíos, primos, las nuevas parejas, ... ", señala su web www.safim.gal.
"En este momento, trabajando con los juzgados, la única coordinadora parental que lo está haciendo soy yo. Este servicio se puso en práctica también con el apoyo del grupo PS1 de la Universidade de Vigo., de Psicología Jurídica", explica la primera coordinadora parental gallega, que prefiere que no figure su nombre en esta información.
Hasta ahora, juzgados gallegos estaban trabajando la problemática de la conflictividad en las parejas divorciadas con hijos vía la figura de la mediadora o mediador. Una psicóloga -que también opta por estar en el anonimato- explica que la figura del coordinador parental "es muy controvertida".
La "polémica", explica, viene dada porque las voces en contra de esta figura consideran que "es defendida por aquellos que creen en el síndrome de alienación parental. Este consistiría en que las niñas y niños en parejas divorciadas con problemas pueden sufrir una alienación por parte de sus madres que los pondrían en contra del padre". Para la psicóloga consultada por FARO, "esa alienación no existe".
El principal problema, señala, se daría en caso de familias donde la mujer sufre violencia de género ya que en varias comunidades "la figura del coordinador se impone. Si hay violencia de género, la mujer no está en una situación de igualdad para negociar con su pareja".
Por ello, la psicóloga defiende la mediación por ser "voluntaria", no se le impone a la madre y al padre en liza. No obstante,"si llegan a un acuerdo, este tiene el mismo valor que una sentencia", añade.
Preguntada por la polémica, la coordinadora parental gallega aclara que "nosotros nunca intervenimos cuando sabemos que hay violencia de género en la expareja. Si a lo largo de la intervención, detecto que puede haber violencia, yo puedo parar la intervención y tendría que informar a las autoridades. Estaríamos en una situación de desequilibrio. Lo que se intenta es rebajar la tensión entre los padres. Lo que pasa es que hay mucha desinformación".
A su favor, considera que la figura de la coordinadora parental "es beneficiosa para las familias porque les ayuda a pacificar sus relaciones familiares, para resolver disputas. Además, está centrada en las necesidad de los menores". En caso de que las partes implicadas no lleguen a acuerdo, la coordinadora "tiene potestad para imponer lo que crea conveniente", añade.
Añade que la juez o juez "me nombra cuando se trata de familias que a lo mejor tienen el conflicto muy enquistado y han pasado por sucesivos procedimientos judiciales. Se suele decir que que, a la famiia, se la conoce en el juzgado por su nombre y no por el procedimiento".
Llenando un vacío
Recalca que "a nivel intrajudicial, es la jueza o juez quien me manda intervenir. A nivel extrajudicial, también podemos trabajar. En Galicia, es una figura totalmente nueva, desconocida por los operadores jurídicos. Trabajo en juzgados de poblaciones pequeñas que no tienen recursos y no pueden acceder a los servicios de mediación intrajudicial. Una persona de Lalín, con dos juzgados, no tiene acceso a un servicio de mediación al que se puedan derivar las familias con determinados conflictos".
Se trata, agrega, de familias que "no saben comunicarse, relacionarse". Desde que ha empezado con el SAFIM, el pasado febrero, ha intervenido como coordinadora con cuatro familias. "No se pueden llevar muchos casos. Estamos las 24 horas. A mí, me llaman y tengo que ayudarles a resolverlo, incluso un domingo. Es mucho esfuerzo. La intervención mínima de una coordinadora parental es de seis meses a un año,;como mucho, dos", apunta.
