Las parejas que fracasan tienen rasgos en común que no presentan las que consiguen mantenerse. Así lo constata un estudio de la Organización Mundial de la Salud al que Arantxa Coca hizo referencia en su intervención. No llevar saliendo más de tres meses antes de casarse y no haber disfrutado de la luna de miel son dos de ellos. Y es que, conocer a la otra persona es fundamental para asentar las bases de una pareja, para lo que la psicóloga barcelonesa recomienda viajar. "En los viajes es donde conoces a la persona", apuntó.

Pero independientemente de la causa de la crisis, Coca apunta a las soluciones y en este sentido, recuerda que la actitud y los pequeños gestos son las dos cosas que más ayudan a una pareja en el día a día. "Las críticas repetitivas, el sarcasmo y la ironía y estar siempre a la defensiva aniquilan las relaciones", advirtió.

Se refirió también a los hijos, a los que este manual dedica un capítulo. "Las crisis de pareja más grandes suelen venir a raíz del nacimiento de los hijos, sobre todo del segundo. Muchas veces, las parejas se animan a tener ese segundo hijo porque el primero ha ido muy bien, pero el segundo es muy diferente al hermano mayor y los papás tienen no el doble de trabajo, sino el triple y ahí empieza la bola de negatividad de la que a muchos les cuesta salir", explica.

Otro detonante de problemas conyugales es el móvil o, más concretamente, el uso que se hace de él y la frecuencia con la que se usa. "¿Qué hacemos? ¿Renunciamos a él? Lo difícil es encontrar un término medio. Aprovechémoslo para desear a nuestra pareja que tenga un buen día. Cosas así son las que ayudan a la pareja", dijo.