Había una vez... el circo. El arte del "más difícil todavía" cumplió en 2018 nada menos que 250 años, pero los actos conmemorativos para celebrar esta efemérides brillaron por su ausencia. El espectáculo "Circlassica", que ayer celebró la primera de sus siete funciones en Vigo, ha paliado esta ausencia, llevando el circo a los teatros de la mano de Emilio Aragón, miembro de una de las dinastías circenses más destacadas del mundo.

Como se pudo comprobar ayer en el pase de prensa del espectáculo, "Circlassica" recupera el glamur, la magia y la elegancia de los orígenes del circo, un invento del exoficial de la caballería inglesa Philip Astley, que en 1768 comenzó a dar forma al circo moderno, con sus números ecuestres y con la invención de la pista redonda de doce metros. Para recrear estos comienzos, Emilio Aragón se dio cuenta de que no tenía mejor historia que la de sus bisabuelos, Gabriel Aragón (España, 1830-1915), más conocido como Pepino o El Gran Pepino, creador de la escuela de los payasos musicales; y Virginia Foureaux (Suecia, c.1850-1930) "ecuyere" o acróbata ecuestre. Juntos iniciaron la más famosa dinastía de payasos españoles, la popular Familia Aragón, que incluyó a los míticos Gaby, Fofó y Miliki, padre de Emilio Aragón, director artístico de "Circlassica".

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"Circlassica", una historia de Emilio Aragón, llega a Vigo

En esta pareja de pioneros del circo se inspira la historia del pintor Nim y de la bailarina y acróbata Margot. Su relación sirve de hilo conductor de un espectáculo por el que desfilan una treintena de artistas llegados de diferentes partes del mundo: trapecistas, funambulistas, payasos y bailarines, envueltos en una puesta en escena que no puede ser más lujosa y colorista, y que destila belleza y elegancia.

"Mi deseo es que 'Circlassica' os guste, os emocione y, que cuando termine el espectáculo, sintáis que habéis podido reencontraros con vuestro niño y vuestra niña interior", señala Emilio Aragón, continuador en el siglo XXI del mayor espectáculo del mundo.