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Rompente vuelve para quedarse

La reaparición en escena del grupo poético en el festival Kerouac de Vigo es posible germen de una nueva andadura - La creación de Romón, Avendaño y Reixa cumplió 40 años

| Disfraces, dramatizaciones, improvisaciones... todo se incorporaba al discurso poético en un momento en que la cultura era un hervidero de nuevas ideas. Arriba, los miembros de Rompente (con un crítico, a la dcha.) en un Festival da Poesía do Condado a principios de los 80. Abajo, los tres ayer, Avendaño, Reixa y Romón -izq. a dcha.- con la Cidade da Cultura de fondo.

"Volvemos, inevitablemente para quedarnos", reconocen los componentes del Grupo de resistencia poética Rompente que cristalizó en Vigo en 1976. Son Antón Reixa, Manuel Romón y Alberto Avendaño, que hoy regresan a escena más de cuarenta años después en el seno del Festival Kerouac -Fundación Barrié, 19.30 horas-.

Experimentación, dadaísmo, la vanguardia como actitud, rotura total de los cánones establecidos... "Rompente" fueron los primeros en llevar la poesía a la calle y mezclarla con otras artes, uniéndola a la Movida de los 80. Fueron la resistencia cultural al posfranquismo y caldo de cultivo para una nueva generación de artistas y poetas que cambiarían las reglas del juego. La poesía en Galicia ya no volvería a ser la misma. "Silabario da turbina" (1978), "A dama que fala" (1983) o el polémico boletín "¡Fora as vosas sucias mans de Manuel Antonio!" fueron muestra de ello.

La historia de estos tres versos libres vigueses quedó entrelazada a mediados de los años setenta por aquel grupo pionero de la resistencia poética. Con exitosas trayectorias profesionales a sus espaldas -Antón Reixa, además de productor, fue presidente de la SGAE; Avendaño logró un EMMY por un reportaje publicado en "The Washington Post"; y, además de escritor, como actor Romón encarnó reconocidos papeles en series televisivas como "Libro de Familia"- vuelven a la carga... poética.

También más magullados. Sabido es que Romón viajaba en el coche la fatídica noche del accidente que dio nombre al grupo musical vigués Siniestro Total. Pero mucho más recientemente, en octubre de 2016, Reixa sufrió una salida de vía que le mantuvo en coma 18 días y que también valió de inspiración para su 'autoficción poética', titulada "Acaso Michigan". ¿Por qué ahora? la cuadratura de este triángulo poético tiene el vértice en el regreso de EE UU del periodista Alberto Avendaño, que fue responsable de la publicación El Tiempo Latino de The Washington Post.

Pero el reestreno vigués podría tener continuidad, avanzan a FARO durante los preparativos de lo que hoy presentan en el Kerouac. "Hacemos lo que dice el subcomandante Romón", bromean en una conversación a tres voces, por momentos literaria, por minutos desternillante.

"Vamos a hacer lo que hacíamos siempre: un planteamiento polifónico a tres voces; aunque haya textos individuales. El ingrediente estructural se mantiene en la puesta en escena", relata Antón Reixa. A la oyente, algo le suena a reto. "Si lo que hacemos tiene sentido y el público lo valida, nos intentaríamos seguir haciendo presentaciones juntos", reconoce.

Los tres se han mantenido activos en la poesía a lo largo de los años, aunque quizás en un segundo plano. "Me siento más cómodo con la poesía actual que hay en Galicia, que está hecha en su mayoría por mujeres; que con nuestros coetáneos".

Ya con canas y décadas de por medio, intentamos poner equidistancia para definir aquel grupo. "Rompente es la prehistoria de la Movida", precisa Alberto Avendaño para distinguir ambos fenómenos. Eso sí, las propuestas poéticas de Rompente tuvieron cierta continuidad hasta en la música.

"Fue una irrupción con una repercusión enorme", valora el escritor Xosé Luis Méndez Ferrín, que estuvo en contacto con el germen del colectivo poético y que llegó a incluir en su poemario "Con pólvora e magnolias" el sello de Rompente, diseñado por el pintor Armando Guerra.

Con el paso de los años, sus integrantes se han dado cuenta de que eran más polémicos de lo que creían. Caricaturizando, "inconscientemente" -remarca Reixa- aquellos jóvenes aplicaban la teoría de la ruptura frente a la de la reforma. "Solo aspirábamos al poder poético, no al político", sonríe Antón Reixa, "y acabamos meando fuera del tiesto, pero felices".

Pioneros. Supieron que lo que habían hecho se llamaba performance décadas más tarde. Apostaron por una concepción de la poesía como una forma de intervención -daban mucho valor a como editar y llevar a escena los poemas- y bautizaron una serie de actos "espectáculos poéticos audiovisuales". Las películas en Super8 que hacía Romón integraban un recital en el que había diapositivas y música. "Más que nuestra aptitud literaria, valoramos nuestra actitud", reconocen con Avendaño a la cabeza. El colectivo conectó con otras artes -entre otros, hubo una intensa colaboración con artistas plásticos como Patiño y Lamas-.

"Nacimos muy viejos", exclama uno de los integrantes sobre el paso del tiempo, "siempre fuimos una promesa", remarcan cómplices. Habían interiorizado a finales de los 70 un bagaje cultural atípico que llevaron a su discurso. Al igual que harán jóvenes poetas y artistas de uno y otro lado del Atlántico este fin de semana en el Kerouac, en espacios de la ciudad que vio nacer a Rompente.

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