La pedagoga Teresa Ubeira fundó en la década de los 70 junto a su marido, el neuropsiquiatra infantil Juan Llauder, O Pelouro, una escuela pionera en la integración de niños con diversidad funcional.

- Tuvieron un planteamiento pedagógico pionero. ¿Cómo?

-Cualquiera que me conozca sabe que la enseñanza,es mi vocación apasionada. Luego, el rigor científico se metió en mi alma, tras haber conocido a Juan Llauder, otro 'niñólogo'. Decidimos hacer una escuela para todo niño, para las necesidades de atención a la diversidad y para que los niños sean agentes de proyectos maravillosos, tengan decisiones y maduren normo-sanos. Atendíamos a la forma de socializarse en la infancia... Hoy se sabeque no hay cognición sin emoción, pero nosotros fuimos pioneros de esa pasión.

- Ha hecho suya la expresión de "encender la chispa del querer aprender".

-Nos dedicamos a las propiedades del cerebro de la infancia, como hoy dicen neurólogos de Harvard. De Greta Thunberg no se puede decir que era una niña con 'asperger'.

- Fue un trabajo complicado, suponemos.

-Hicimos que no hubiera aulas, pupitres, ni patio, y que el espacio fuese libre. Tenemos miles y miles de libros, 50.000 diapositivas, 900 horas de visionado. No es normal, ni lo corriente, pero puedo dar fe de que da resultados. Es un lugar de maduración neuro socio pedagógica.De 0 a 2 puede venir la madre también, aunque trabajamos con niños a partir de tres. El niño necesita un biocronotopo, así que tenemos escalas de desarrollo muy profundas. El yo del niño se retroalimenta en la relaciones sociales y con el ambioma.

- ¿Cómo ve las trabas que las mujeres han tenido para para despuntar en la sociedad?

-Yo era la pequeña de cuatro hermanos y me impuse. Lo femenino para mí siempre fue la potencia.también tuve la suerte de encontrar al hombre de mi vida, que no solo amaba sino que admiraba lo femenino. Con respecto a la situación actual, digo ¡basta! porque es una locura. No concibo tanta patología social masculina, contra las mujeres.