Una renta básica universal vendría a reducir las desigualdades sociales en España, según defienden una decena de expertos que analizaron la situación contractual y la capacidad de las ayudas y subsidios existentes para garantizar unos ingresos mínimos a todos los ciudadanos. El director general de la Fundación Bancaria "la Caixa", Jaume Giró y el economista y exministro de Administraciones Públicas (2004-2007) Jordi Sevilla, presentaron ayer en CaixaForum Madrid el estudio "Reforzar el bienestar social. Del ingreso mínimo a la renta básica, publicado por el Observatorio Social de "la Caixa".

El informe, dirigido por Jordi Sevilla, concluye que es urgente acometer una reforma en profundidad de nuestro sistema de protección social para adecuarlo a las nuevas necesidades sociales y económicas. En este sentido, recoge análisis y propuestas con el objetivo de reducir la pobreza y las desigualdades sociales en España.

El estado ha experimentado en el último decenio un importante incremento de los niveles de desigualdad, llegando a ser el país de la Unión Europea (UE) donde esta ha aumentado más. La pobreza infantil y juvenil concentran los datos más preocupantes. España es el tercer país de la UE con mayor ratio de trabajadores pobres (13%), y uno de cada cuatro hogares españoles con menores se encuentra en riesgo de exclusión.

Según un estudio de la OCDE (2018), en España, una familia pobre necesitará cuatro generaciones para alcanzar la clase media, una cifra menor que el promedio de la OCDE, pero el doble de la de países como Dinamarca. A esta situación contribuyen el desempleo juvenil y la precariedad en el empleo, que hacen que la pobreza relativa para los jóvenes se haya incrementado en más de diez puntos de 2008 a 2017, siendo el grupo poblacional con mayor riesgo. Los trabajadores de menos de 30 años suponen el 16% de la población, pero representan el 33% de los trabajadores con contrato temporal.

Hablamos del 34% de parados de larga duración (más de dos años) que no consiguen reincorporarse al mercado laboral; del 26,6% de la población en riesgo de pobreza o exclusión social; de tres de cada diez menores de 16 años viviendo por debajo del umbral de la pobreza, o de un mercado laboral incapaz de sacar de la pobreza incluso a quienes tienen un empleo.

Los factores que los expertos identifican como claves para entender la evolución reciente de las desigualdades en España son cuatro: desigualdad en el mercado de trabajo, desigualdad generacional, desigualdad fiscal y desigualdad generada por el cambio tecnológico -que, según los autores, aún es pronto para evaluar

Como se citaba anteiormente, la pobreza infantil ha despuntado como el principal problema de la desigualdad en España, que en los últimos años de la recuperación se ha cebado en los menores de 30 años. La presencia de niños en los hogares incrementa el riesgo de pobreza, ya que cuatro de cada diez se encuentran en riesgo de pobreza.

Según datos de la Comisión Europea, España es, junto con Italia, el país donde las transferencias sociales benefician menos a las rentas más bajas, siendo uno de los sistemas fiscales que menos redistribución generan. El segmento más pobre de renta recibe solamente el 4% de todas las transferencias monetarias del sector público. Además, según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), actualmente cuatro de cada diez personas desempleadas han agotado sus prestaciones y subsidios.