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Un año de la prohibición en Francia, pionera en Europa

Al cole sin móvil: una hora lectiva más

Este es el tiempo de clase que se ganaría a la semana si se prohibiese usar "smartphones" en las aulas, según un estudio británico - El 94% de los jóvenes de 15 años ya los tiene

Dos menores juegan con teléfonos móviles. // FdV

Una hora más de clase a la semana. Este es el tiempo lectivo que ganarían los alumnos si se prohíbe el uso de los móviles en las aulas, según un estudio de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, que añade que produciría un incremento de las calificaciones de estos alumnos en un 6,4%. Un estudio conjunto de BBVA, Google y la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) sostiene que el 14,6 por ciento de los alumnos españoles admite estar pendiente en clase de su teléfono móvil, un dispositivo que ya poseen el 94% de los adolescentes de 15 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por ello cada vez hay más debate entre los padres y docentes que sostienen que el móvil, bien utilizado, es una buena herramienta didáctica -para consultar datos a requerimiento del profesor, por ejemplo- y los partidarios de prohibirlos.

En Francia se acaba de cumplir un año de la ley aprobada en agosto de 2018 que veta los dispositivos móviles en centros de primaria y secundaria. El gobierno galo no ha difundido ningún estudio sobre el impacto de la medida adoptada en el pasado curso académico, aunque el ministro de Educación, Jean Michel Blanquer, defiende la medida como un éxito. Sin aportar cifras, aseguró que los alumnos dedican ahora más tiempo a la lectura y que han disminuido los casos de acoso escolar y los visionados de imágenes pornográficas. También aseguró que los profesores notaban un ambiente de mayor tranquilidad, al eliminarse la posibilidad de robos y el tiempo perdido en requisar teléfonos en las aulas.

Si bien se mantiene el debate en el ámbito docente, la opinión pública francesa apoya muy mayoritariamente la medida. Según un sondeo realizado por YouGov para el "Huffington Post" y citado por "El Periódico de Catalunya", el 82% de los encuestados son partidarios de la medida, sobre todo los mayores de 55 años (un 92%).

En España no existen, por el momento, leyes estatales ni autonómicas que regulen el uso de smartphones en las aulas, por lo que cada centro educativo decide su propia regulación en este sentido. Aun así, la situación es tan preocupante que el Gobierno anunció el pasado curso que estudiaría la posible prohibición por ley de su uso en los colegios siguiendo el ejemplo de Francia, el único país de nuestro entorno que ha tomado esta drástica medida.

En cuanto a la utilización de las redes sociales, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) otorgó la facultad a los Estados miembros para establecer una edad inferior a 16 años para considerar lícito el tratamiento de sus datos personales basado en su consentimiento, siempre y cuando dicha edad no fuera inferior a 13 años. A raíz de esto, España estableció, con la nueva Ley Orgánica 3/2018 de 5 de diciembre, de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD), el límite de edad en los 14 años.

Nuestro país es uno de los que con más determinación ha incorporado el uso de las nuevas tecnologías dentro de las clases. La Comisión Europea señala que los estudiantes de los colegios españoles disponen de un ordenador para cada tres alumnos. Además, el 95% de las aulas dispone de conexión a internet, según los últimos datos del Ministerio de Educación.

Distracciones

A los indudables beneficios del acceso de los niños a las TIC hay que contraponer los inconvenientes. Los expertos de la app de control parental Qustodio mencionan en primer lugar la disminución del rendimiento escolar. La conexión permanente y la gran variedad de aplicaciones que ofrecen los smartphones hacen que muchos alumnos se distraigan en clase, lo que repercute negativamente en sus calificaciones, sobre todo si se trata de aquellos con bajo rendimiento, como ha destacado en su estudio la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres.

Además, el uso intensivo del smartphone no solo repercute dentro de las aulas, sino también en el patio, al causar sedentarismo en los recreos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que solo el 39% de los niños y el 24% de las niñas de entre 11 y 12 años realiza la actividad física diaria recomendada, en la que se incluye jugar en el recreo.

Otra de las consecuencias negativas del uso de móviles en los colegios es que puede ser una fuente de roces entre los alumnos e incluso un vector de acoso escolar. Más de 1 de cada 3 casos de bullying son por ciberacoso, según advierte la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR).

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