La titular del Juzgado Número 2 de Pontevedra envió ayer a la prisión de A Lama al vecino de Cangas, J.M.P.M, de 50 años de edad, acusado de quebrantamiento de la orden de alejamiento respecto a su expareja, detención ilegal y lesiones. Fue el fiscal quien pidió cárcel provisional para este vecino de Aldán que el 15 de agosto fue a recoger a la que fuera su pareja a Pontevedra. Los dos habían quedado en la ciudad del Lérez a pesar de que el acusado tenía una orden de alejamiento y llevaba en uno de sus tobillos una pulsera de control, impuesta por un juzgado de Santiago de Compostela por quebrantar en otra ocasión la orden de alejamiento. Ella llego a Pontevedra procedente de Santiago de Compostela, localidad donde vive y en la que compartió vida con J.M.P.M. La mujer se quitó la pulsera que ella también llevaba colgada de un tobillo con el propósito de que su encuentro con el que había sido agresor pasara desapercibido para los autoridades judiciales. Ambos llegaron a Cangas, donde se produjo un primer rifirrafe. M.B.M. C, de 50 años de edad, relató en la comisaría de la Policía Nacional en Santiago de Compostela, en la madrugada del día 16 de agosto, que pasaron la noche en una mueblería propiedad de los progenitores del detenido, que allí su agresor la cogió por el rostro y la tiró y que le provocó lesiones con hematomas en las caderas y las piernas.

La mujer denuncia que su expareja la dejó encerrada en la mueblería y que tuvo que golpear una puerta a patadas para salir. En la denuncia que presentó ante la Policía Nacional en Santiago afirma que una pareja de jubilados la recogió y la llevó hasta Pontevedra y que le dejaron diez euros. Él relata que dejó a la mujer en la mueblería mientras iba a realizar unos asuntos en Cangas, que para la detuvo de forma ilegal, que simplemente cerró la puerta por precaución.

J.M.P.M. fue condenado por un juzgado de Santiago de Compostela, que dictó en marzo una orden de alejamiento respecto a M.BM.C, que quebrantó. En junio, al vecino de Cangas se le puso una pulsera por un quebrantamiento de condena.