Los fenómenos extremos recientes en el Ártico, con altas temperaturas, sequía y aceleración del deshielo, preocupan a los expertos, que apuntan a la alarmante evolución en los últimos años y la vinculan con el cambio climático.

En toda Groenlandia, que posee la segunda capa de hielo más grande del mundo después de la antártica, se registraron temperaturas superiores a la media en junio y julio, a la vez que las precipitaciones se situaron en mínimos históricos.

"Estos fenómenos se producen de vez en cuando, pero la ola de calor procedente de Europa a finales de julio supuso un empujón adicional", explica Ruth Mottram, climatóloga del Instituto Meteorológico Danés (DMI), que tiene varias estaciones en Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca.

El casquete glaciar groenlandés perdió en un día a principios de este mes 11.000 millones de toneladas, cifra récord, más del doble de la media diaria en la época de deshielo; y aunque se redujo progresivamente el ritmo, aún supera lo habitual en la época.

"Según los modelos que utilizamos, no esperamos que se supere el récord absoluto de 2012, pero sí que entre en el 'top 5'", afirma Mottram, quien resalta que nueve de los diez años con más deshielo en el casquete groenlandés ocurrieron en la última década y media.

Más que esos datos a Mernild le preocupa la tendencia de las últimas tres décadas, aunque la aparición de fenómenos extremos es "la primera señal" de que hay un cambio climático en marcha.