Conocida por algunos como la "illa dos pensamentos", este paraje, que en realidad es un archipiélago compuesto por San Simón y San Antón, guarda miles de historias tras sus piedras.

La naviera Nabia ofrece todos los martes y domingos una ruta con una duración aproximada de cinco horas, que se adentra en la ría con una parada en el Museo Meirande y llegada al destino esperado: la isla que da nombre a la ensenada.

Los horarios disponibles para realizar este viaje son los martes a las 12.40 horas desde Cangas y 13.00 horas desde Vigo y los domingos a las 15.00 horas desde Cangas y 16.00 horas desde Vigo.

Tras la salida del puerto y después de atravesar las numerosas bateas, la primera parada se sitúa en el Centro de Interpretación del Patrimonio Cultural de Rande Museo Meirande. Este espacio cultural alberga la historia de la batalla que se disputó en Rande en el año 1702, dentro de la Guerra de Sucesión, con detalles sobre las embarcaciones, los buzos y los tesoros de los que se habla pero todavía no han sido encontrados.

Después de la primera dosis de datos curiosos a la par que históricos, en un museo lleno de recreaciones, llega la hora de comer en su merendero, con las vistas del imponente puente de Rande.

Esto se debe a que en la isla no se permiten depositar residuos, ya que se vuelven peligrosos para la flora y la fauna en un emplazamiento muy delicado.

Con el estómago lleno y la cabeza repleta de piratas y batallas, la embarcación pone de nuevo su rumbo hacia San Simón, destino al que Julio Verne dedicó un capítulo en sus "20.000 leguas de viaje submarino".

Memoria histórica

La isla de San Simón, como comentó la guía Diana del Río, es un "museo al aire libre" que fue clausurado en varias ocasiones. Cada paso a través de sus construcciones y caminos es un nuevo descubrimiento a través de la historia.

En un primer momento, la isla estuvo poblada por monjes cristianos hasta la llegada del famoso corsario inglés Francis Drake, quedando la isla desierta tras su paso.

Más tarde pasó a ser un lazareto, es decir, un hospital de cuarentena para enfermos. Es en este momento cuando la isla de San Antón, conectada por un puente, pasó a ser la "isla sucia" donde se alojaban los enfermos terminales.

Durante la Guerra Civil se convirtió en un campo de concentración para presos políticos, uno de los más crueles de todo el país, que llegó a acumular hasta 1.200 personas y sobre el que se escribieron historias personales, como el libro y también documental "Aillados".

Por último, fue un orfanato para niños y niñas cuyos padres fallecían en el mar, llamado Fogar Méndez Núñez, con la intención social de ayudar a las familias a salir de la miseria.

Este archipiélago sirve de localización a día de hoy para campamentos infantiles, como el conocido San Simón Fiddle o festivales en alza como el Sinsal, celebrado el pasado mes de julio.

Con un valor histórico incuestionable, este paraje ofrece su larga historia a cualquier pasajero que decida embarcarse en esta ruta y dejarse seducir por la magia del lugar y su memoria.