A Guarda festejó su histórica subida al Monte de Santa Trega, con más de un siglo de tradición. Miles de personas subieron los 341 metros de altura sobre el nivel del mar para disfrutar de una jornada llena de sonido de bombos y tambores portados por más de 20 bandas marineras. La romería se completó con una comida campestre y con miles y miles de litros de vino tinto bebidos, derramados por el suelo o tiñendo la ropa de la mayor parte de los asistentes. Las fiestas terminarán esta medianoche con un espectáculo de fuegos artificiales que comenzarán la cuenta atrás para las próximas fiestas guardesas.

Más de una veintena de bandas marineras cargadas de bombos y litros de vino comenzaron a subir el alto de la localidad a golpe de maza con piel sintética por la mañana, algunas de las agrupaciones incluso emplearon "chimpines" para asegurar el abastecimiento de de vino tinto. También grupos de amigos y familias llegadas de otros puntos de la comarca asistieron a la que seguramente sea una de las romerías con las mejores vistas panorámicas.

Las fotos de la subida ao Monte de Santa Trega 2019 en A Guarda ALBA VILLAR

Ya en lo alto, a 341 metros sobre el mar, cada banda procedió a su tradicional "jura", momento en el que se brinda y promete volver a reunirse el año que viene. Este juramento consiste en beber directamente desde un garrafón de vino tinto, algo que también caracteriza a esta romería, a la que a veces llaman erróneamente "Fiesta del vino". Las vestimentas de cada banda, que suelen llevar un color distinto cada una, terminaron por teñirse de un tono borgoña caracterísitico del vino tinto, a medida que la tarde iba avanzando.

Para reponer fuerzas ante tal subida, tanto bandas como visitantes de toda la comarca se llevaron sus propios manjares, desde salpicón o empanada, hasta rosca como postre, sin que faltase un "buen licor café para hacer la digestión", mencionaba uno de los asistentes.